Cambio climático y ecosistemas
El primer término es definido como “un cambio en el clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”, según la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
El rápido calentamiento planetario, con el consiguiente aumento en las temperaturas, es provocado por la utilización de combustibles fósiles, la generación de energía hidroeléctrica por sobre otras alternativas, la utilización masiva del carbón por industrias con alto consumo energético, la deforestación y la conversión de bosques en pastizales, la quema de residuos sólidos, entre otras causas.
Honduras padece alta vulnerabilidad humana, social, ecológica y económica; este año ha sufrido dos extremos climáticos: prolongada sequía, particularmente en el corredor seco, ahora copiosas lluvias, inundaciones, deslizamientos de tierra, especialmente en las zonas sur y central, generando hambrunas, enfermedades, contaminaciones, agravando la pobreza que golpea a amplios sectores poblacionales, con daños a viviendas y caminos, con un significativo número de compatriotas en calidad de damnificados.
El Informe Estado de la Región advierte: “Hoy Centroamérica enfrenta un riesgo igual o superior al que existía antes de Mitch, porque las mismas debilidades siguen presentes: muchas viviendas ubicadas en pendientes y zonas de inundación, degradación ambiental, mala construcción y pocos controles, cambios de uso de suelo en el campo, degradación de ecosistemas costeros, deforestación de riberas de los ríos, migración campo-ciudad.”
Urge aplicar el ordenamiento territorial a escala nacional, reforestando masivamente involucrando activamente a las comunidades, repensando el actual modelo de desarrollo extractivo por otro amigable con el ambiente que dé prioridad a los cultivos para el consumo interno