“Primero es la vida de nuestra familia”
Ante sus ojos se derrumbaron años de trabajo y esfuerzo para brindarles a sus hijos un hogar digno.
La casa de doña Socorro Matamoros se encuentra con el suelo de cerámica colapsado, las grietas en sus paredes amenazan con caer y la inestabilidad del suelo los mantiene sumidos en la preocupación.
“Nosotros nos salimos de la casa de manera voluntaria, lo primero es la vida de nuestra familia, nos sentimos muy mal porque fueron años de trabajo, pero primero es la vida”, manifestó con lágrimas en sus ojos doña Socorro.
En su vivienda habitaban 13 personas, las cuales ahora se encuentran albergadas en el CEB Monseñor Jacobo Cáceres de la aldea de Suyapa