Pandillas asedian a motoristas: otro ataque a rapidito
Conductor presentó tres heridas de arma de fuego, pero no tocaron órganos sensibles de su cuerpo
La escena se repite una y otra vez, el escenario en esta ocasión es la capital Tegucigalpa.
Ayer, en una de las calles más exclusivas y transitadas de esta ciudad, el motorista de la unidad con registro 53, de la ruta Tiloarque-la Sosa, fue objeto de un atentado criminal perpetrado por presuntos pandilleros.
Con ello sale a relucir un secreto a voces, tal vez ignorado por las propias autoridades encargadas de combatir el flagelo, pero vivido en carne propia por conductores, cobradores y despachadores del transporte urbano.
Los miles de empleados del rubro del transporte público de las grandes ciudades del país se están rehusando a ser los recolectores del dinero cobrado por extorsión por parte de las maras y pandillas. Esto ha provocado una vorágine de violencia contra operarios de las unidades, en represalia a su negativa de colaborar con esta acción ilícita.
En total impunidad
Cuando transitaba por la colonia Palmira, a inmediaciones de la zona hotelera de la ciudad, sujetos armados arremetieron a disparos en contra del autobús a eso de la 1:45 de la tarde. Cuatro proyectiles impactaron de forma certera en la puerta del conductor identificado como Alexander Ramón Santos (40); tres de estos se alojaron en la pierna izquierda del motorista.
Los sicarios tras disparar sus armas automáticas huyeron de la escena sin que nadie pudiera detenerlos.
Santos fue ingresado a un centro médico privado de la zona y, posteriormente, remitido al Hospital Escuela en estado estable.
Esta es el tercer incidente similar ocurrido en la capital en menos de tres días. Los conductores, sin llegar a revelar sus nombres, manifestaron que están entre la espada y la pared ya que si recogen el dinero de la extorsión para las pandillas, los detienen las autoridades y si no lo hacen, los matan los pandilleros