El auge de los robots utilitarios en Japón
De obreros a repartidores, los robots utilitarios se tomaron la edición anual del World Robot Summit
La cita robótica se realiza del 16 al 21 de octubre.
Con excepción de una réplica casi perfecta de una estrella de la televisión, los más recientes robots japoneses presumen más bien de su lado utilitario en un país que envejece y busca mano de obra.
“¿Qué es lo que le emociona en estos últimos tiempos?”, pregunta el clon de la extravagante Tetsuko Kuroyanagi, la presentadora más conocida de Japón, reconocible por su peculiar peinado.
Esta reproducción a tamaño real es quizá la criatura más llamativa del salón World Robot Summit, organizado esta semana en Tokio, aunque a nivel de lenguaje no le llega ni a la suela del zapato a su modelo de 85 años que trabaja desde 1953.
“La dificultad es conseguir recrear una conversación fluida con diversas personas, pero el campo de respuestas posibles a una pregunta abierta es tan amplio que es muy complejo”, explica Junji Tomita, investigador del grupo de telecomunicaciones NTT, que forma parte del proyecto. Este humanoide fue creado en colaboración con el especialista del sector, el profesor Hiroshi Ishiguro. Entre los robots que hablan, el más locuaz es sin duda la versión guía turística de Robohon de Sharp, creado en asociación con la agencia de viajes JTB.
Menos parlanchín, pero más útil, es el robot HSR de Toyota. Es capaz de manipular objetos y de servir como medio de comunicación con el exterior gracias a su pantalla y su conexión a Internet, este robot es utilizado sobre todo para ayudar a las personas en casa, especialmente a las que tienen discapacidades físicas, según
su creador.
Utilitarios
Por una parte, las empresas prefieren producir en Japón para preservar su tecnología, pero por otra, falta mano de obra. Los robots industriales llenan ese vacío desde hace décadas en las fábricas, cada vez con más avances y con una mayor capacidad de trabajar en equipo y con humanos. Pero ahora son los sectores de la construcción y de los servicios (cuidado de las personas y comercio) los que más van a tener que recurrir a estas máquinas. Por ejemplo, el último androide HRP-5P está pensado para “trabajar en una obra, incluso solo”, explica a la AFP Kenji Kaneko, ingeniero del Instituto Nacional de Ciencias y Tecnologías Industriales Avanzadas (AIST). La idea es que este coloso de 182 cm y 101 kg “pueda manipular las mismas herramientas que el hombre”