Migración vs. revaloración de la ruralidad
Si el gobierno de Honduras, juntamente con la población meta, no revaloriza la ruralidad ni reactiva la pequeña y mediana agricultura tendrá como resultado inactividad económica y perjuicios sociales profundos que como consecuencia ha tenido una permanente migración masiva y pérdida de recursos humanos valiosos y fuerza laboral necesaria para el desarrollo y progreso de nuestra nación.
En la agricultura planetaria, el modelo de la pasada revolución verde se agotó por ser excluyente de la pequeña agricultura, por impulsar el monocultivo frente a la estrategia ancestral de sistemas de producción basados en el policultivo, que es una manera de enfrentar el riesgo inherente a todo proceso productivo.
La ruralidad hace rato ha empezado a morir, por lo que es necesario preguntarse ¿Qué pasa con los gobernantes? ¿Qué ocurre con nuestra agricultura? ¿Qué hacer y qué es lo que viene? ¿Un cambio de época o una época de cambio?
La agricultura sigue siendo una de las actividades principales en términos de generación de empleo e ingreso, el desafío en Honduras es invertir generosa y eficazmente, fortalecer su productividad y aseguramiento para alcanzar su sostenibilidad. La agricultura y su mundo rural no puede estar aislada de la política y de la economía, los gobiernos lamentablemente se han enfocado en el desarrollo y progreso urbano, pero el tema de fondo sigue siendo el mundo rural.
Ciertamente para los políticos, economistas, banqueros, productores, técnicos y científicos es un desafío conocer y entender los cambios entre lo rural y su agricultura y diferenciar la economía y la calidad de vida de lo urbano, porque definitivamente lo rural o el campo agrícola tienen mucho que ofrecer en eso de vivir bien en las ciudades. Son dos mundos claramente establecidos, donde la agricultura y su ruralidad no tienen y no han tenido la serie de privilegios que tiene lo urbano, por lo tanto, es vital urbanizar el mundo rural.
La grave crisis migratoria que actualmente ocurre en Honduras pasa por el abandono crónico del mundo rural y de la pequeña y mediana agricultura, potencializa la crisis la injusticia y el cáncer de la corrupción con las consecuencias del desempleo, violencia, pobreza, hambre y desnutrición, enfermedades y la infelicidad, que obliga a miles de ciudadanos migrantes/refugiados a salir huyendo del país para buscar y encontrar fuera de la nación mejores condiciones de vida y bienestar.
Infelizmente los técnicos nacionales y extranjeros han equivocado el camino en eso de tratar lo rural y las escalas de agricultura en mención, distribuyendo el sectario bono tecnológico carente de asistencia técnica y financiera; lo mismo que entregando a los ciudadanos de aldeas y caseríos bolsas de alimentos, no es así que va- mos a combatir la pobreza, el hambre y desnutrición, y la infelicidad; solamente se genera riqueza trabajando, produciendo bienes.
Los gobernantes y técnicos de turno han venido tratando de resolver el problema del cambio de época moderna de la agricultura de la misma ma- nera que el siglo pasado, utilizando los mismos métodos, así, imposible lograr cambios. Deben entender que todas estas nuevas actividades en nuestra labor agrícola están conectadas a través de cadenas alimentarias no solo en el ámbito del país, sino también internacionalmente. La tierra en realidad está cubierta de cadenas alimentarias, al grado que todos los días todas las personas están enlazadas con un conjunto más amplio. Esto significa que todos los ciudadanos deberían interesarse en lo que sucede en todo el mundo, imitar lo bueno para alcanzar competitividad.
Los tiempos no son buenos para la agricultura hondureña, infortunadamente nuestros gobernantes no han encontrado el camino correcto para el desarrollo agrícola y como resultado ahora los ciudadanos del mundo rural migran por falta de oportunidades y de bienestar, esta fuerza laboral rural se nos va. Sin duda que tendremos serios problemas para cosechar los frutos de nuestra agricultura. Hoy más que nunca urge actualizar el censo agropecuario y el poblacional. Finalmente, triste condición la de nuestros compatriotas: abandonar sus familias, sus amigos y su tierra. Dios con ellos
La grave crisis migratoria que actualmente ocurre en Honduras pasa por el abandono crónico del mundo rural y de la pequeña y mediana agricultura, potencializa la crisis la injusticia y el cáncer de la corrupción con las consecuencias del desempleo, violencia...”