Premios quetglas en su quinta edición
Celebran la solidaridad
La fundación de Obras Sociales Vicentinas (Osovi) celebra una vez más la cooperación humana y los buenos gestos de los hondureños
La fundación de Obras Sociales Vicentinas (Osovi) celebró la quinta edición de la entrega Premio Quetglas 2018 en la ciudad de San Pedro Sula.
Las tres damas premiadas fueron escogidas entre un grupo de más de 30 nominados que residen dentro y fuera del país.
En una solemne y hermo- sa ceremonia, la dama hondureña Doris Fonseca recibió la presea por su enorme labor con los jóvenes hondureños por medio de su fundación Manos Amigas para Bendecir.
Durante la recepción dos participantes más fueron premiadas también gracias a su labor altruista. La dama Yelba Tábora recibió el tercer lugar por el hogar materno Lila Gallardo de Ordóñez. Y el segundo lugar fue otorgado a Karen Madrid, de la fundación Honduras Social, la cual da una nueva oportunidad de esperanza a todas las personas discapacitadas que le visitan.
El evento inició a las 7:00 PM, hora a la que los invitados y las tres finalistas se dieron cita en el Club Hondureño Árabe de San Pedro para ser partícipes de una velada en honor a la buena fe de los hondureños altruistas.
Entre los ac- tos, la premiación contó con la participación de Ricardo Ernst, invitado especial y profesor de Georgetown University, quien ofreció una presentación donde compartió un tema interesante para la sociedad: “¿Cómo convertirnos en agentes de cambio?”, la cual fue de gran agrado y aprendizaje a la concurrencia.
La premiación del Guetglas fue a las 10:00 PM. Entre lágrimas, la señora Doris Fajardo recibió el premio para luego ofrecer un discurso emotivo para todos los invitados. En el discurso señaló que a pesar de que su madre la abandonó cuando era pequeña, eso no le impidió ayudar a los más necesitados a través de su labor con los niños y jóvenes que no han tenido la oportunidad de poder realizar sus estudios. Durante el discurso, la ganadora comentó que estuvo a punto de abandonar la fundación por problemas económicos, pero que gracias a la nominación retomó el valor para seguir con ese bello proyecto que
ha beneficiado a muchos en Danlí, El Paraíso.
Una loable labor
La señora Fonseca inició su solidaria labor dando alimento diario a más de 30 niños de diferentes edades. Durante esa experiencia y gracias a las conversaciones que mantenía con los pequeños, se desarrolló la idea de brindarles una educación integral y completa. Ella comenzó con una pequeña escuela, la cual ha formado hasta la fecha a 780 niños y jóvenes en educación primaria y media. El resultado es el rápido desarrollo de los beneficiarios. Esto ha permitido que el grupo, siendo educado, se mantenga alejado de las drogas, el alcohol y la delincuencia que les rodea en todo momento y puedan tomar mejores decisiones de vida