La educación superior
Una de las deudas del Estado con su población joven es la educación superior. La deuda en este tema es histórica. Según las estadísticas son las coberturas más bajas de la región. No llegan ni al 30% del total de egresados. Actualmente el país cuenta con 21 universidades, de las cuales seis son públicas y el resto privadas, siendo la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) la más grande y con la más amplia oferta académica. Anualmente, la UNAH recibe un promedio de 18,000 nuevos alumnos, hasta llegar a los 85,000 con los que cerrará el presente año académico. De mantenerse este ritmo, es claro que no tendrá en el próximo quinquenio la capacidad de atención de todo el flujo estudiantil que egresa de secundaria, aun y cuando se estén haciendo los esfuerzos por ampliar las instalaciones y la oferta académica.
Por eso es necesario que el Estado y las autoridades universitarias hagan un alto y comiencen a prever los escenarios que tendrán en el tema de cobertura en futuro cercano, sin olvidar, claro está, los retos en el tema de la calidad, que es prioritario para garantizar que los egresados tengan las capacidades y cualidades que el mercado laboral demanda actualmente, y de empleabilidad, una vez que sus estudiantes concluyen sus ciclos educativos.
En medio de la actual crisis migratoria, desde el gobierno se anuncia una serie de planes y proyectos para atender las demandas de quienes se unieron a las caravanas de migrantes, muchos de ellos jóvenes universitarios, para ir a los Estados Unidos en busca de esas opciones que aquí no tuvieron; pero, al menos hasta ahora, no se incluye el tema educativo que debería ser prioritario.
No poner atención a este temática sería un grave golpe para las clases más desposeídas que tienen como única opción estudiar en la que, sin duda, y a pesar de todas las dificultades que atraviesa, sigue estando entre las mejores universidades de Honduras y América Central: la UNAH. Hay que garantizarles a los jóvenes aquí, en su país, la educación que demandan para romper el ciclo de la pobreza