Diario El Heraldo

La capital sigue herida por el nefasto huracán

Las ciudades gemelas fueron golpeadas por el huracán Mitch. A 20 años de su paso por territorio hondureño, aún se observan los daños en la infraestru­ctura y la vulnerabil­idad de la capital

- Silvia Pérez El Heraldo silvia.perez@elheraldo.hn

Los estragos que provocó el huracán Mitch en las ciudades gemelas son testimonio de la vulnerabil­idad de la que aún no se reponen los capitalino­s.

Para 1998, la población en el Distrito Central alcanzaba los 576 mil habitantes y su crecimient­o improvisad­o, 50 años atrás, fue responsabl­e de exponer aún más la fragilidad del territorio.

Un estimado de 90 barrios y colonias fueron el epicentro de la angustia generada por el desastre natural entre el 27 de octubre y 2 de noviembre de 1998.

Por ejemplo, los sectores de El Bambú, El Reparto, la desapareci­da colonia Soto, El Berrinche, la primera avenida de Comayagüel­a y el centro histórico de Tegucigalp­a.

El impacto del desastre natural que dejó pérdidas económicas entre los 400 y 700 millones de dólares también generó un éxodo de los ciudadanos hacia la periferia de la capital. Se estima que fueron 131 personas las fallecidas en esta demostraci­ón de la fuerza de la naturaleza hasta el 1 de noviembre en Tegucigalp­a.

Según el Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 1999, en el departamen­to de Francisco Morazán hubo 234 personas afectadas por cada mil habitantes.

Tras 20 años, la vulnerabil­idad aún campea por el Distrito Central como un terrible legado del Mitch.

Colonias como Los Pinos, Villa Nueva y el barrio Morazán son blancos de deslizamie­ntos e inundacion­es.

Incluso, sectores residencia­les como la colonia El Prado fueron afectados por la aterradora crecida de los ríos. Para Ramón Anariba, jefe del Sistema de Alerta

Temprana del Comité de Emergencia Municipal, la ciudad se ha levantado del nefasto huracán en un 60 por ciento.

Anariba vaticinó que sí se persiste con la construcci­ón de obras de mitigación y de no haber otro fenómeno natural con el impacto del Mitch,

los ciudadanos podrían cerrar el ciclo de la devastació­n de infraestru­ctura en un promedio de cinco a diez años.

Uno de los principale­s

retos es reconstrui­r la infraestru­ctura sanitaria, cuyo mayor impacto fue la destrucció­n del colector del río Choluteca, desde la colonia Loarque, en el sur, hasta la Miramesí, en el norte de la ciudad. A criterio de Julio Quiñónez, subcomisio­nado de la Comisión Permanente de Contingenc­ias de Honduras (Copeco), para el Distrito Central se debería de intercepta­r una zona golpeada por el huracán Mitch y preservarl­a para la historia.

“Hoy tenemos una generación que poco o nada recuerdan del Mitch y eso no es bueno. El desastre vuelve cuando nosotros lo olvidamos”, lamentó

 ?? FOTOS: ALEX PÉREZ/JOHNY MAGALLANES ?? (1) Las ciudades gemelas fueron devastadas por el huracán Mitch. (2) Una imagen de las ciudades gemelas durante 1998. (3) Las viviendas en la colonia Soto fueron destruidas. (4) Así luce el antiguo gimnasio Rubén Callejas Valentine. (5) La antigua Penitencia­ría Nacional.
FOTOS: ALEX PÉREZ/JOHNY MAGALLANES (1) Las ciudades gemelas fueron devastadas por el huracán Mitch. (2) Una imagen de las ciudades gemelas durante 1998. (3) Las viviendas en la colonia Soto fueron destruidas. (4) Así luce el antiguo gimnasio Rubén Callejas Valentine. (5) La antigua Penitencia­ría Nacional.
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