Ayuda externa fue clave para salir de emergencia
Cooperación Países amigos como México, España y Japón enviaron ayuda humanitaria y respondieron con celeridad a la catástrofe generada por el fenómeno natural, priorizando la asistencia para el considerado corazón de Centroamérica
La familia hondureña fue golpeada, al igual que EL HERALDO, al perder a uno de sus mejores periodistas gráficos, Víctor Sauceda
Después de la tempestad ocasionada por el mortífero huracán Mitch no solo vino la calma. En medio de un panorama lúgubre, la solidaridad de naciones del mundo que extendieron su mano amiga irradió esperanza en la población del considerado corazón de Centroamérica. La cooperación internacional y la ayuda humanitaria se vio reflejada como nunca antes en el país más afectado por este ciclón que dejó seis mil muertos y más de un millón de damnificados hace dos décadas.
Desde la donación de re- cursos económicos, alimentos, medicamentos y apertura de albergues hasta la puesta a disposición de equipos de rescate y remoción de escombros consistió la asistencia que brindaron a Honduras países de América, Europa y Asia ante la catástrofe. Con un contingente de 665 soldados, maquinaria pesada y aeronaves, incluyendo otros vehículos terrestres, llegó un equipo procedente de México a suelo catra ch o,siend ola primera nación en auxiliaral oshondureñ os. el parque La Libertad fue el punto estratégico en el que los mexicanos desplegaron la ayuda hacia otros lugares de la capital, específicamente a Comayagüela, urbe que sufrió más daños a causa de las inundaciones que provocaron las embravecidas aguas del río Choluteca.
El general de división re- tirado, encargado del Diplomado de Estado Mayor (DEM), Luis Montiel López, fue quien encabezó la delegación de auxilio azteca en aquel entonces y dirigió la labor humanitaria. Del 11 al 15 de noviembre de 1998, el expresidente de los Estados Unidos Mexicanos, Ernesto Zedillo, junto a su esposa, Nilda Velasco, organizaron una colecta nacional denominada “México por Centroamérica”, recaudando 96.9 millones de pesos para los países afectados de la región central del continente americano.
De esos fondos, Honduras recibió 38.7 millones de pesos mexicanos, equivalentes en ese tiempo a 3.9 millones de dólares.
Velasco de Zedillo visitó el 27 de noviembre de ese mismo año la capital hondureña para entregar los fondos recolectados, previo a una reunión que sostuvo con el entonces mandatario de la República, Carlos Flores Facussé, y la primera dama, doña Mary Flake.
El resto del dinero fue distribuido a Guatemala, El Salvador y Nicaragua, países hermanos que también fueron perjudicados por el Mitch.
El pasado 13 de junio arribó al país una parte de ese “Ejército de la Solidaridad mexicana” para rememorar los 20 años de ayuda humanitaria de esta nación a Honduras. Durante la estadía de esa delegación azteca se develó una placa conmemorativa en el parque La Libertad, colocándose ofrendas florales en honor a las víctimas
que ocasionó el fenómeno meteorológico. Además, se otorgaron reconocimientos a los militares aztecas y hondureños que prestaron su servicio en esta tragedia.
El general Montiel López recordó que Honduras fue el primer país que llegó a apoyar a México luego del terremoto acaecido el 19 de septiembre de 1985.
Más cooperación
La cooperación internacional para esta calamidad de significativas proporciones también provino del país del sol naciente.
El embajador de Japón, Norio Fukuta, precisó a EL HERALDO que por primera vez esta nación asiática envió al exterior un Cuerpo de Defensa integrado por 200 miembros que participaron en diversas actividades humanitarias en el territorio hondureño.
Ingenieros japoneses edificaron el puente El Chile y reconstruyeron el nuevo puente Juan Ramón Molina que sucumbió por el caudal que alcanzó el afluente que divide Tegucigalpa de Comayagüela. “La mayoría de los materiales fueron importados desde Japón, participaron ingenieros hondureños y se aprovechó paratransmitir los conocimientos de la tecnología de alta calidad de infraestructura que utilizamos”, manifestó.
El diplomático puntualizó que en el 2000 la cooperación japonesa contribuyó a la edificación de siete puentes en cuatro departamentos, también se dio el respaldo para la elaboración de un plan maestro de medidas de prevención en caso de desastres.
Mientras que trece años más tarde se inauguró una obra de mitigación para la prevención de deslizamientos en el cerro El Berrinche y recientemente se hicieron labores similares en tres puntos de la carretera CA-6, detalló, como parte de la asistencia brindada por Japón del Mitch a la fecha.
Fukuta resaltó que alrededor 120 millones de dólares ha desembolsado la potencia asiática al territorio nacional desde que ocurrió el desastre.
Solidaridad española
“España ofreció cerca de seis millones de euros en ayuda humanitaria, alimentos, medicamentos, logística, ropa; ayuda que se canalizó a través de la Cruz Roja Española y de la propia Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo”, indicó el embajador de esta nación de Europa, Guillermo Kirkpatrick de la Vega a EL HERALDO.
Agregó que “esta ayuda luego continuó en la segunda fase de reconstrucción y recuperación, ahí la Cooperación Española ofreció hasta 18 millones de euros que se destinaron para la reconstrucción de escuelas, asistencias técnicas y sobre todo dotación de viviendas”. El representante diplomático mencionó que como parte del amparo otorgado por el país miembro de la Unión Europea (UE) se construyeron más de 300 casas para familias damnificadas como parte del plan Amarateca, más conocido como Ciudad España, un proyecto habitacional que se constituyó como un modelo autosostenible para familias afectadas por el huracán.
Los embajadores de estas naciones coincidieron en que Honduras se encuentra ahora más preparada para afrontar un fenómeno natural de la magnitud del Mitch, pero es necesario continuar potenciando la cultura de prevención de riesgos y desastres a través de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), así como los comités de emergencia departamental y municipal, para contrarrestar la vulnerabilidad de sus principales ciudades