“¡Levántate, hija, levántate!”, gritaba madre de la barrista asesinada
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“¡Levántate, hija, levántate!”, gritaba en medio del llanto y mucho desconsuelo doña María Jesús Medina, madre de Dania Alejandra Molina Medina, de 18 años de edad, quien perdiera la vida violentamente la noche del jueves. La jovencita viajó desde su natal Comayagua hasta la capital para ver jugar al equipo de sus amores, el Motagua, en el partido de la final de la Liga de la Concacaf contra el Sport Herediano de Costa Rica.
“Ella ayer me llamó, me dijo que le prestara dinero, pero yo le dije que no porque sabía que venía para acá (a la capital); más daño le hubiera hecho si le hubiera dado dinero, me sentiría culpable, igual siempre se vino”, recordó doña María Medina.
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Dania Alejandra partió de Comayagua junto a otros simpatizantes del Motagua y miembros de la barra “Revolocos” en un bus que habían rentado entre el grupo de seguidores motagüenses.
Doña María contó que su hija siempre venía al estadio y que las personas con las que viajó, en su mayoría varones, eran amigos de su hija y que también ella conocía.
“Ir al estadio a ver un partido pienso que no es algo malo”, dijo la entristecida mujer.
Relató que “ellos al ver que mi hija estaba herida la llevaron al Hospital Santa Teresa, cuando yo llegué al hospital el cuerpo aún estaba caliente”, recordó.
El conductor del bus en el que hicieron el viaje decidió dejarlos cerca de un supermercado local y no los dejó en Cabañas, como habían acordado antes de salir de Comayagua, dijeron los parientes de Dania.
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Desde el mismo instante que los primeros ocupantes de la unidad de transporte comenzaron a desabordar, varios sujetos en edad juvenil dispararon contra el grupo de aficionados del Motagua.
“Me imagino que son de la barra contraria (la Ultrafiel del Olimpia)”, comentó doña María Medina.
La seguidora del Motagua murió minutos después de haber sido ingresada al Hospital Santa Teresa.
En el tiroteo también otro joven resultó herido y está delicado de salud, interno en ese mismo centro médico.
Dania Alejandra era estudiante del tercer curso de ciclo común en el Instituto Privado Comayagua y residía en la colonia Escoto de aquella ciudad.
Los restos mortales de la barrista fueron retirados ayer de la morgue del Ministerio Público en la capital y llevados hasta Comayagua