Entre miedo y horror, caravana migrante acelera rumbo a EE UU
Denuncian riesgos a su paso por México, muchos temen a la ruta, pero no a lo que diga Trump
Más de cien personas del grupo principal se han perdido y nadie las está buscando. Miles de mujeres están expuestas al secuestro y la prostitución y nadie las está protegiendo. Decenas de mujeres prontas a dar a luz (entre 6 y 7 meses de gestación) siguen avanzando como pueden y nadie les presta atención. Cientos de niños viajan encerrados con animales en tráilers y a nadie le produce al menos compasión.
La primera caravana migrante -bautizada como “la gran caravana” para diferenciarse de las otras dos que le sigue los pasos- aceleró la marcha desde Sinaloa tras su paso por Guadalajara y Nayarit. El grupo que salió de San Pedro Sula el pasado 13 de octubre corre a toda prisa para pasar suelo sinaloense, cruzar el extenso Sonora (844 kilómetros) antes de llegar al estado de Baja California, donde optarán por Mexicali o Tijuana.
Sin embargo, esta prisa oportuna se debe más que al mes de viaje, al miedo y terror que viven muchos. Medios mexicanos, como el ombudsman de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, Arturo Peimbert, han denunciado incluso secuestro de migrantes, así como muchos otros peligros.
“La ayuda no debe ser exclusiva para algunas personas, nuestra condición de seres humanos es lo que nos motiva a ayudar a los migrantes. Le pedimos al Estado mexicano que actúe con responsabilidad y urgencia en la desaparición de nuestros hermanos centroamericanos”, dijo Arturo Peimbert.
El defensor del pueblo además denunció con preocupación que “nadie está buscando a estas personas porque no son europeos, estadounidenses o blancos; sino de Centroamérica y van huyendo de la pobreza”.
Se teme que estos hondureños desaparecidos incluso estén en manos del grupo criminal Los Zetas.
Tierras del narco
Tras sortear muchos obstáculos, llegaron a Sinaloa, donde evitaron hacer un campamento, y prefirieron enfrentar el intenso frío nocturno de esta zona de México, con fuerte presencia del narcotráfico, para continuar su ruta al norte. Su próxima escala es Navojoa, Sonora.
A Trump no le temen
El 9 de noviembre, Trump decretó el fin de los pedidos de asilo para quienes ingresen ilegalmente a Estados Unidos, en un intento de disuadir a los centroamericanos de cruzar. “Trump puede poner lo que quiera poner, pero para Dios no hay obstáculos ni para nosotros”, dijo un migrante quien demostró contrariamente que pese a todos los peligros de México, el miedo realmente no es Donald Trump. Entre tanto, la gran caravana migrante avanza entre incertidumbre y esperanzas