“Si yo fuera diputado”
La abundante filmografía de Mario Moreno incluye esta película en la que, al igual que en varias otras, al buen humor agrega dosis moderadas de crítica social. Esa sabia combinación, además de su original estilo de actuación, combinación de lenguaje cantinflesco (término incorporado en el diccionario de la Real Academia de la Lengua), con vestimenta de un marginado y movimientos corporales sui generis, fue la causante de su enorme popularidad en los pueblos de Hispanoamérica, identificados con uno de ellos, de los “de abajo”, que gracias a su ingenio logra superar situaciones existenciales adversas. Cantinflas fue nuestro Charles Chaplin, tan humano como el genial comediante inglés.
Estas reflexiones vienen a la mente si nos imaginamos cuál sería el desempeño del aspirante a legislador federal en su país, si llegara a enterarse del tortuoso comportamiento de las y los diputados hondureños, manipulando fondos millonarios del Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República para fines políticos y personales, mediante el procedimiento de creación de ONG, fantasmas a las cuales llegan cuantiosas sumas del erario nacional, supuestamente para realizar labores de proyección comunitaria vía Fondo Social Departamental.
Resulta que de L 4,800 millones erogados a nuestros parlamentarios (as), actuales y anteriores, apenas L 350 millones se han liquidado al Tribunal Superior de Cuentas, en un período de doce años -2006 al 2018, representando solamente el 7.3% del total asignado-. (EL HERALDO, 15-XI-2018, p. 2-3 ). Tal manipulación ha merecido la justificada condena de la ciudadanía, sabida que el pago de sus impuestos lejos de reforzar áreas vitales: salud, educación, son desviados hacia bolsillos y cuentas bancarias particulares. Bien ha declarado el sacerdote German Cálix, director de Cáritas de Honduras. “...la mayor corrupción es darle a los diputados un fondo, después vendrá el mal uso que hagan del dinero” (EL HERALDO, 16-XI-2018, p. 3), recordando que las padres y madres de la patria son legisladores, no ejecutores de proyectos locales, los que deben ser administrados e invertidos por las corporaciones municipales.
En esas maniobras ilícitas han actuado conjuntamente tanto diputados del partido hoy en el gobierno como sus colegas ubicados en la oposición política, salvo honrosas y contadas excepciones. Llegaría Cantinflas a la conclusión que nuestro Poder Legislativo está invadido por roedores que devoran sistemáticamente fondos públicos? ¿Se convirtieron de madres y padres de la patria, en madrastras y padrastros de ella? ¿A quién verdaderamente representan: a los electores, a grupos fácticos, a ellos mismos? Sus iniciativas y acciones constituyen su hara kiri, perdiendo cualquier remanente de credibilidad y respeto por parte del soberano. Ellas y ellos mismos se suicidan, sin necesidad de intervención extraparlamentaria. Su subordinación a las “órdenes superiores” provenientes del Ejecutivo, sin capacidad de criterios independientes representa otro baldón en el historial de las últimas legislaturas. El acomodo genera beneficios, la oposición, deduce, maleficios
El sociólogo Julio Navarro recordó: ‘El Congreso Nacional al reactivar eso lo que busca es que los congresistas logren mayor legitimidad, mayor simpatía en la población hondureña para que puedan reelegirse...’”.