Carta a Donald Trump
Excelentisimo señor, le escribe José Enrique Soto Navas, excandidato a diputado del Congreso Nacional en representación del departamento de Francisco Morazán por el Partido Demócrata Cristiano de Honduras (PDCH). En relación al éxodo de hondureños en busca de mejores oportunidades de vida en su país, debo manifestarle que son personas humildes, ciudadanos muy trabajadores, de los más pobres y nobles, que merecen respeto por ser nuestros embajadores con dignidad y mucho valor aún en calamidad doméstica ocasionada por las secuelas de nuestros gobiernos serviles, despóticos e irresponsables. Reflexionando sobre el éxodo de nuestros hermanos nos vienen recuerdos de la participación de los EE UU en nuestra Honduras sagrada antes y despues de la I y II Guerra Mundial. Su país impone enclaves bananeros, marines invadieron Honduras por problemas surgidos por las empresas que rivalizaban por la explotación del banano. Cuando en Nicaragua surge la revolución sandinista, Honduras prestó su territorio para instalar tropas norteamericanas. También explotaron nuestros minerales y nuestros pueblos mineros quedaron en la más cruel miseria y enfermos a la vez. El mundo deberá juzgar el tránsito de la caravana. Que Honduras si prestó sus tierras y obreros para que EE UU se enriqueciera y aún existen enclaves que continúan explotando nuestro territorio con la venia de nuestros serviles gobernantes. Pero ojalá señor presidente que meditemos y hagamos nuestro el pensamiento “estamos caminando sobre la tierra bendita que solo le pertenece a Dios”. José Enrique Soto Navas TEGUCIGALPA