Salud no tiene reporte de casos del trastorno
La Secretaría de Salud no tiene reportes de casos de personas afectadas por el trastorno “grisi siknis” que afecta a la comunidad de Wampusirpi en el departamento de Gracias a Dios.
EL HERALDO conoció que al menos 50 personas jóvenes, en edades comprendidas entre 19 y 30 años, están sufriendo un trastorno mental. Por esa razón, se buscó una reacción de las autoridades de Salud para conocer si manejan un registro de casos del mal que se produce a causa de estrés, conmoción emocional y desesperación.
La jefa de la Unidad de Vigilancia de la Salud, Edith Rodríguez, informó que “la Región Sanitaria de Gracias a Dios no ha reportado ningún caso de la enfermedad”.
La galena manifestó que se va a indagar sobre la situación. El trastorno es conocido también como “locura de la selva”, que la experimentan especialmente los pobladores de Wampusirpi. Sobre el particular, EL HERALDO también buscó la opinión del médico psiquiatra y también ministro de Salud, Octavio Sánchez, pero no se tuvo respuesta al respecto. Los pobladores de la comunidad experimentan síntomas como pérdida del conocimiento, desmayos, ansiedad, ira, dolores de cabeza. También pueden presentar conducta agresiva contra ellos mismos y tienen alucinaciones. Otro aspecto es que las personas se sienten amenazadas por espíritus malignos que quieren abusar de ellos.
La comunidad de Wampusirpi atribuye este mal a posesiones demoniacas y de malos espíritus.
Esta situación también la experimentan poblaciones de países de la región como Guatemala y Nicaragua.
Los médicos especialistas consideran que se puede tratar de una histeria colectiva que es contagiosa, ya que las otras personas van adoptando los comportamientos. Los galenos también recomiendan que los jóvenes sean atendidos por el personal de la Secretaría de Salud o por una brigada de las Fuerzas Armadas de Honduras.
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En octubre, en la comunidad de San Miguel, en Guajiquiro, La Paz, un total de 22 jóvenes empezaron a presentar conductas extrañas de repente. Se conoció que inicialmente eran cinco estudiantes que hicieron un juego satánico y que posteriormente se presentó el cambio de conducta.
Más adelante se fueron incrementando los casos en la comunidad, lo que mantenía aterrados a sus pobladores. En ese momento, el personal de la Región Sanitaria de La Paz y del hospital público atendieron a los muchachos.
Los afectados salían corriendo al cementerio y hasta comían tierra