Diario El Heraldo

“Somos cuatro almas a bordo”, la lapidaria expresión del piloto a la torre

Con una serenidad absoluta, el piloto sostiene una comunicaci­ón antes del aterrizaje

-

De repente una falla apareció en los controles del avión Piper PA-31: el tren de aterrizaje no funcionaba. Desde ahí comenzó la lucha por sobrevivir.

La cuenta regresiva de una hora 38 minutos ya estaba en marcha para el piloto y los tres empresario­s que ocupaban en avión que hizo un aterrizaje forzoso en la pista de Toncontín la mañana del lunes anterior.

EL HERALDO tuvo acceso exclusivo a la conversaci­ón entre la torre de control del aeropuerto Toncontín y el capitán a mando de la aeronave.

El avión salió de la pista 02, es decir del extremo sur, hacia el norte, con destino a Belice, pero en el aire fue detectada la falla.

En ese instante el vuelo fue cancelado, se notificó que al sureste de la estación estaba la aeronave Piper PA-31 a 7,500 pies de altura. “Aparenteme­nte tiene problemas, no sabemos las causas”, comunicó el operador.

En un minuto la torre de control estableció comunicaci­ón con el piloto, coronel Jorge Portillo Rojas, recomendán­dole que hiciera un descenso, debido al problema con el tren de aterrizaje.

“Confirme la prueba frente a torre capitán”, le solicitó el operador. “Afirma, vamos a hacer prueba frente a la torre”, le respondió el piloto.

Mientras esto sucedía, varias aeronaves con vuelos nacionales e internacio­nales solicitaba­n permiso para aterrizar y despegar.

Al pasar por primera vez frente a la torre de control, el jefe del control aéreo le confirmó que, “solamente el tren izquierdo está abajo, los demás arriba”.

En ese instante le operador de vuelo le solicitó confirmar al capitán qué procedimie­nto iba a realizar. “Okey, pendiente, vamos a seguir intentando a ver si nos baja el otro”, respondió de forma tranquila piloto.

Ante su decisión le dieron indicacion­es de que había tráfico, para que siguiera una ruta distinta, mientras trataba de solucionar el problema.

Desde otros aviones preguntaba­n cuánto tiempo iba a ser la espera, para ellos poder aterrizar, pidiéndole­s unos 10 minutos. Unos tres minutos más tarde, desde la torre le notificaro­n al capitán Portillo Rojas que “aparenteme­nte le chequeamos el otro tren derecho abajo. Pendiente de chequeo, de nuevo pase bajo la torre”. El capitán siguió consultand­o: “confirme, ¿bajó el otro?”. “Aparenteme­nte, aparenteme­nte”, le respondier­on.

Malas noticias

La operación de descenso fue realizada nuevamente por

Portillo Rojas, frente a la torre de control. “La torre le informa que solo el tren izquierdo está abajo capitán, confirme intencione­s, almas a bordo y tiempo de combustibl­e”.

En ese momento se dieron cuenta que la situación era de alerta roja y que debían activar los procedimie­ntos de seguridad.

Desde la aeronave el capitán respondió: “Somos cuatro almas a bordo, tenemos combustibl­e para tres horas, señor”.

Al consultarl­e cuáles eran sus intencione­s informó: “Vamos a tratar de hacer todos los procedimie­ntos para bajar el tren de emergencia y proceder a aterrizar en Toncontín”.

En la comunicaci­ón el ope-

rador le consultó sobre la pista alterna que establecía su plan de vuelo, confirmánd­ole que era el aeropuerto de La Mesa, en San Pedro Sula.

Así le recomendó hacer el último chequeo frente a la torre para verificar si funcionaba el tren de emergencia del aterrizaje.

Mientras se hacían los preparativ­os para el tercer y posible último chequeo, se daba salida y entrada a las otras aeronaves recomendán­doles precaución, debido a la emergencia que tenían.

La aeronave hizo nuevamente el pase bajo. Con voz tenue y de preocupaci­ón el operador informó: “Observamos solamente el tren izquierdo abajo capitán, notifique intencione­s”.

La respuesta fue “pendiente...”, a los minutos notificó que seguiría intentando bajar el tren de aterrizaje de emergencia manualment­e.

Al instante cuestionó: “Una consulta señor, ¿el tren izquierdo se ve totalmente extendido?”, corroboran­do desde la torre de control: “Afirmativo, totalmente extendido y las del otro lado solo la ventanita, negativo los demás”.

Desde la torre le dijeron que podía hacer otro pase bajo frente a la torre, pero la situación era igual.

El capitán insistió: “Vamos a seguir intentando, en caso de no conseguir el procedimie­nto, retorno a Toncontín para hacer un aterrizaje con el tren arriba”.

Unos 20 minutos después el capitán hizo el cuarto pase bajo. “El tren izquierdo está totalmente abajo, los demás arriba”, le informaron nuevamente.

“Vamos a proceder a aterrizar con el tren arriba señor, vamos a usar la pista 02, para confirma, ¿tren izquierdo arriba?”, repreguntó, recibiendo la confirmaci­ón.

Con la certeza que uno de los trenes estaba firme, hizo el descenso hasta tocar tierra y detenerse a un costado de la pista, entre la tierra y la maleza. Al final solo se escuchó una persona preguntand­o cómo estuvo el aterrizaje y le confirmaro­n que “todo normal”, contestand­o, “perfecto, gracias a Dios”

 ??  ??
 ?? FOTOS: EL HERALDO ?? (1) El piloto hizo cuatro descensos y voló frente a la torre de control para que le confirmara­n si se movía el tren de aterrizaje. (2) La torre de control estuvo en constante comunicaci­ón con la nave. (3) Tras el percance, la aeronave fue llevada a la FAH.
FOTOS: EL HERALDO (1) El piloto hizo cuatro descensos y voló frente a la torre de control para que le confirmara­n si se movía el tren de aterrizaje. (2) La torre de control estuvo en constante comunicaci­ón con la nave. (3) Tras el percance, la aeronave fue llevada a la FAH.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras