Fallece el columnista Gaspar Vallecillo
iquienes lo conocieron lo recuerdan como un médico de fuerte carácter, un hombre de sólidos principios que repudió la maldad, la corrupción y la impunidad a lo largo de su vida
Una voz que dijo verdades, que exigió un alto a la impunidad y a la corrupción y que criticó el perverso impartimiento de justicia se apagó este miércoles con el fallecimiento del doctor Gaspar Vallecillo Molina, exdirector del Hospital Escuela.
Con su muerte Honduras no solo pierde a un connotado médico, con una impecable trayectoria de 32 años en el sistema sanitario del país, sino que queda huérfana de uno de sus más gallardos defensores.
En su camino como médico y especialista en ginecoobstetricia no pudo acceder a su anhelado antídoto para contrarrestar la corrupción que mata lentamente a los hondureños. Como la medicina no le ofreció ese revulsivo entonces encontró en el filo de las palabras una forma para combatirla.
Con estrategia y perseverancia, durante 29 años, desde las páginas de opinión de este diario, atacó con ferocidad a ese mal y a sus portadores. Su columna fue una de las más leídas. Su estilo riguroso, preciso, con frases cortas siempre llevaron mensajes claros y lacerantes como la navaja de un viejo barbero.
Refiriéndose a la depravación en la administración pública escribió: “Insulto al pueblo honrado”. “transparente corrupción”. “Han creado un poder con estándares de inmoralidad y deshonor protegido por los miserables hombres de la justicia”.
La corrupción en Honduras tiene un poder de infección “más letal que el de las pestes” contamina y avanza haciendo destrozos y en su andar encuentra asistentes activos, solidarios e intocables.
“Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos. Los mantenemos en disfrute protegido porque “cuando más corrupto es el Estado, más leyes tiene” que le sirven para interpretarlas, modificarlas y aplicarlas al tiempo y circunstancias de sus fechorías”, redactó.
Asimismo, también fue directo contra los políticos con ínfulas de dictadores y contra aquellos que tienen poses de anarquistas. Para ellos escogía frases precisas como: “Los políticos son como las que ven la suerte, mienten por oficio… la vida es corta, la muerte eterna. Las mentiras más crueles son dichas en silencio”, citando a Robert Luis Stevenson y complementando que estos son aforismos que siempre hemos sabido, vivido y sufrido.
Muy pocos, que recibieron el impacto de sus letras, se atrevieron a contestarle. Su alcance satírico y punzante no tuvo límites sobre el acontecer nacional y contra los funcionarios públicos que consideró inmorales.
Sus palabras escritas con su puño y letra ya no estarán nunca más en este diario, pero serán recordadas porque juntas dijeron muchas verdades que incomodaron a unos e hicieron reflexionar y tomar conciencia a otros.
Vallecillo Molina defendió sus creencias y principios como médico, como ser humano y como hondureño hasta su último suspiro. Pocos hombres mueren amando y defendiendo su profesión, su gente y a su patria de esa manera.
Formación y trayectoria
Este prestigiado médico, que nació en esta capital en 1943, era hijo del doctor Gaspar Vallecillo y de doña Deisy Molina. Estudió en el Instituto Central Vicente Cáceres, pero luego se trasladó a México donde el 24 de octubre de 1967 obtuvo su título como médico en la Universidad Nacional Autónoma de México; posteriormente se especializó en Ginecología y Obstretricia en el Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Desde 1973 a 2005 laboró como médico especialista en el Hospital Materno Infantil de Tegucigalpa. Escaló por todas las jefaturas hasta que en 1989 pasó a ser director de Atención Médica del Hospital Escuela, mediante concurso público, y posteriormente asumió como director general.
Además de ser un destacado médico y un fino crítico de la realidad nacional, también destacó como investigador, siendo autor de 18 trabajos científicos y coautor en 16 más. También era un rostro conocido en las actividades nacionales regionales y latinoamericanas, con 110 congresos internacionales en su registro.
En su vida como galeno también resalta el haber fundado la Asociación Hondureña de Medicina Perinatal en 1984. Once años después (1995) fundó la Asociación Hondureña de Climaterio y Menopausia. Era miembro del Colegio Médico de Honduras y de la Sociedad de Ginecología y Obstetricidad. En esta última fue su presidente en tres oportunidades.
En su hoja de vida se suma la enseñanza, pues Vallecillo fungió como coordinador docente asistencial del Programa de Residentes y profesor titular de la cátedra de Ginecología y Obstetricia en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAH entre 1973 y 1989.
En el 2014, esta amplia trayectoria fue reconocida por el Colegio Médico de Honduras y la Sociedad de la Ginecología y Obstetricia de Honduras, cuyas autoridades decidieron nombrar el Congreso XVI de Ginecología y Obstetricia con su nombre.
Este médico, padre de cinco hijos, que recetó y curó como los más grandes de su profesión, y escribió como los más agresivos críticos de la época, hoy será sepultado y su vida pasa a ser ejemplo para las nuevas generaciones que desde diferentes trincheras buscan combatir las diversas patologías que golpean a esta sociedad
Cuando más corrupto es el Estado, más leyes tiene”.
Los políticos son como las que ven la suerte, mienten por oficio”.