Diario El Heraldo

no digan don rafa, digan campeón de campeones...

En 1963 empezó a escribir una historia deportiva que nadie ha podido igualar. “Olimpia es mi adrenalina”, dijo una vez. Con el “León” lo ganó todo y con la Bicolor nos devolvió a los mundiales. Un ilustre...

- Rafael Ferrari 1934-2018

Leída la última palabra del libro eterno de don Rafael Ferrari, el epílogo podría ser: “Los brazos que se cansaron de levantar copas regalaron un legado de honorabili­dad al deporte catracho”...

El primer ciudadano del mundo olimpista llegó ayer por la tarde al Cielo y en la Tierra dejó un testamento escrito con letras de oro para ser disfrutado por la hinchada del “Más Popular”: 23 títulos de Liga, un título de Concacaf y seis copas de Centroamér­ica. Pero también la afición de la Selección tuvo que recurrir a su “santo” Rafael para encomendar­se camino a Sudáfrica 2010: la Bicolor volvió a los mundiales y la estrella la costuró el hijo de don Rafael Ferrari García y doña Rosario Sagastume...

Entregado al club...

Hablar de fútbol era lo que más le gustaba a don Rafa. Podía pasar horas y horas recordando aquel histórico gane blanco en el Azteca contra Cruz Azul o la forma en que llegó por primera vez a los pasillos del “Albo”.

“Este equipo es mi adrenalina”, decía este personaje de carácter linealment­e estable allá por 2013 cuando las fuerzas estaban intactas para seguir. Y regresaba mentalment­e hasta 1963 cuando incursionó por vez primera como directivo de los “Leones”, un efímero paso que antecedió a su puesto como tesorero en 1972 y como presidente honorario en 1977, cuando junto a Virgilio Guzmán, Lisandro Flores y Rafael Callejas revitaliza­ron la melena del “León” para que el equipo de la capital volviera a lo más alto del podio.

Con Rafael Ferrari fuera, sucedieron años de crisis en el equipo de las multitudes hasta que este administra­dor de empresas graduado en la Universida­d del Sur de California decidiera volver.

Volver para no salir jamás. Y su primera gran decisión fue en 1987 cuando a pocas horas de disputarle el título a Marathón decidió cambiar al capitán del barco: Carlos el “Zorro” Padilla llegó en lugar de Juan Quarterone y Olimpia se consagraba campeón en el viejo Morazán. Fue el primer rugido del gran jefe.

Rafael Ferrari sabía lo que hacía. Siempre fue así. Sereno para tomar determinac­iones y frío para calcular sus movimiento­s: porque igual celebraba un campeonísi­mo en la campaña 92-93 de la mano de su gran compañero de batallas Chelato Uclés como mandaba al caliente banquillo melenudo a un inexperto Danilo Tosello y no se equivocaba...

“El Olimpia es el señor Ferrari”. La frase queda como anillo al dedo. La estampó su buen amigo Juan Bautista

El fútbol está de luto Apostó por la escuela colombiana y el tiempo le dio la razón. Un líder, un guía para sus jugadores

Vásquez y la ratificó una tradición tan sana que se hizo costumbre: levantar trofeos. “Yo nunca lo miré enojado en las reuniones de la Liga Nacional; hablaba poco, pero cuando hablaba todo el mundo lo escuchaba”, recuerda por su parte Mateo Yibrín, uno de sus “enemigos” deportivos desde la trinchera de Real España. Sí. Don Rafa no se guardaba lo que tenía que decir y los jugadores del León fueron algo así como sus hijos. “Una vez recuerdo que José el ‘Chepo’ Fernández llegó a una concentrac­ión con una camiseta sin mangas y don Rafa le dijo que se fuera a cambiar, que no podía entrar así, que respetara al Olimpia y a sus compañeros”, rememora Arnold Cruz, otro de los grandes guerreros que se formaron bajo la guía del líder...

Adelante, Selección

Y su vena de ganador lo llevó a lo más sagrado que tiene el balompié catracho: la Selección Nacional. Porque nadie daba con la tecla correcta. Porque se había fracasado tantas veces desde 1982. Porque solo él pudo dejar de pensar 100 por ciento en “mi amado León” (dicen los más cercanos que con esas palabras se refería a Olimpia en la intimidad) para dedicarse al equipo de todos...

Llegó el liderazgo. Llegó el señor del aliento. Llegó a pedido de su amigo Rafael Callejas y en 2007 se hizo cargo de la H. Sabía que lo podía lograr y lo logró. “Le insistí a la Comisión de Seleccione­s en la necesidad de traer un entrenador colombiano y negocié directamen­te con Reinaldo Rueda”, confesó alguna vez don Rafa, que se llevaba una fe enorme de regresar a la H a los mundiales tomando café colombiano.

Todavía se recuerda la histórica imagen de don Rafa entrando al camerino del Estadio Cuscatlán de El Salvador después del gol de Carlos Pavón. La camisa del licenciado se mojó por completo en plena celebració­n y a él poco le importó: “Ahorita vale todo, estoy feliz, estamos en el Mundial”.

Inmediatam­ente se derrumbó en lágrimas y su corazón se llenó del recuerdo de su gran compañera de muchas batallas, su fallecida esposa Rosina “que desde el Cielo me está apoyando”.

Y ahora está al lado de su amada Rosina. Viendo desde lo más alto cómo el pueblo futbolero hondureño lo recuerda con cariño y grandeza. “Primero llevé a un club nacional a un mundial de clubes y luego hice lo mismo con la Selección Nacional. Es algo satisfacto­rio”. Claro, el libro eterno de don Rafa es para leerlo con cariño...

Si solo Olimpia ganara títulos fuera aburrido, hay que dejar que ganen los demás”.

“Si hay privilegio­s para jugadores de los equipos grandes en la H, vamos a fracasar. Ese error dejó de existir conmigo en la Selección”.

“He dado parte de mi vida al Olimpia, pero es lo mejor que me pasó en la vida deportiva”.

Rafael Ferrari Dirigente deportivo

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FOTOS: ARCHIVO EL HERALDO 2 3 4 5 1
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FOTOS: ARCHIVO EL HERALDO 2007 ASUME EL MANDO DE LA H Y LA CLASIFICA A
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(1) Se atrevió a darle la oportunida­d en Olimpia a un inexperto Danilo Tosello, que le retribuyó con tres copas ligueras. (2) Con los colores que más idolatró en su vida futbolísti­ca: rojo, azul y blanco del conjunto melenudo. (3) En una de sus últimas intervenci­ones públicas hablando de Olimpia. (4) Al lado del gran capitán de la Bicolor, Amado el “Lobo” Guevara. 2 3 4 1
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