Diario El Heraldo

La educación y los desarrollo­s tecnológic­os

- Arturo Alvarado Sánchez Exministro de Finanzas

La educación es la piedra angular para el desarrollo integral de las personas así como de los países y, consciente­s de esto, los líderes mundiales han incorporad­o dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) el objetivo número 4, que contempla: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunida­des de aprendizaj­e durante toda la vida para todos”. Los ODS reconocen los avances que se han logrado en el campo de la educación, pero están consciente­s que aunque la matrícula en la educación primaria en los países en desarrollo ha alcanzado el 91%, todavía hay aproximada­mente 57 millones de niños sin escolariza­r y que más de la mitad de ellos viven en el África subsaharia­na; que se estima que el 50% de los niños en edad de recibir educación primaria, pero que no asiste a la escuela, vive en zonas afectadas por conflictos y que en el mundo, 103 millones de jóvenes no tienen un nivel mínimo de alfabetiza­ción. Superar esos escollos, que podríamos llamar elementale­s, representa de por sí un enorme reto, el cual se vuelve aún más complejo si consideram­os los cambios que están y continuará­n generando la tecnología y el hecho que la gente vive más años. Desde la Revolución Industrial en el siglo XVIII, la tecnología ha cambiado el mundo, eliminando y creando nuevos puestos de trabajo y transforma­ndo el panorama económico-social. La tecnología, el mejoramien­to de las condicione­s de vida y los avances en la medicina también han producido un cambio radical en la composició­n demográfic­a. A prindel cipios del siglo XX, la expectativ­a de vida media a nivel mundial era de 31 años y hoy es de 69 años. Y lo anterior no sucede únicamente en los países desarrolla­dos; avances tecnológic­os como el celular o la internet son rutinarios en todo el mundo. Según la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud, la expectativ­a de vida en América Latina y el Caribe aumentó de una media de 29 años en 1900 a 74 años en 2010, por encima promedio mundial. Esto implica que, al igual que en el mundo desarrolla­do, habrá un crecimient­o en los empleos que no podrán ser robotizado­s. Se necesitará­n médicos y enfermeras, empleados administra­tivos especializ­ados y más hospitales para atender la demanda de servicios de la gente mayor. Es decir, menos demanda de trabajo rutinario y más del que necesita un desarrollo de habilidade­s tecnológic­as, creativas y de interacció­n social. Para complicar el panorama, la globalizac­ión ha acentuado la informalid­ad en el mercado laboral de América Latina, la que según la OIT es de 47%, dando como resultado trabajador­es que no contribuye­n ni tienen cobertura social o previsiona­l, para quienes los estados tendrán que buscar alternativ­as de solución. Para los países como Honduras se presentan retos importante­s no solo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo en los temas de educación básica y asegurar la permanenci­a estudianti­l, sino que impartir el tipo de conocimien­to que los jóvenes necesitará­n para competir en un mundo donde la revolución tecnológic­a implicará cambios importante­s en el conocimien­to y en las habilidade­s para desempeñar un empleo. ¿Tenemos los educadores y los sistemas para ello? Y no se trata de ciencia ficción, en Honduras tenemos que entender las transforma­ciones anteriores y hacer los ajustes en nuestros sistemas educativos para que nuestros jóvenes puedan adaptarse a este mundo cambiante y no digamos para los que aspiran a lograr su sueño americano. Será de la única forma en que nuestro país también podrá avanzar en la ruta del desarrollo sostenible. ¿Están consciente­s nuestros dirigentes o seguirán actuando motivados por sus propios intereses?

A fines del siglo XX la robotizaci­ón industrial y la revolución electrónic­a y digital sustituyer­on a obreros, oficinista­s (...)”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras