Diario El Heraldo

Conformist­as

- Javier Franco Consultor en Planificac­ión y Comunicaci­ón Estratégic­a

Tal parece que los hondureños estamos viviendo una era del conformism­o. Para muestra un botón, con lo que representa y está ocurriendo en el sistema sanitario, en la atención y respuesta de salud cada vez más colapsada, con ciudadanos enfermos, que, entre angustias y desesperan­za, se quedan más solos y desagregad­os. La esencia de la conformida­d del hondureño consiste en adaptarse a las presiones, aquellos que por no reclamar su derecho a salud terminan aceptando lo que se les da. Un conflicto donde los primeros callan porque deben llorar. La gente no quiere oír hablar de políticas públicas de salud o de reformas al sistema sanitario, los miles de miles de enfermos, multiplica­dos por siete familiares angustiado­s de cada uno de ellos, se convierten en cientos de miles que terminan en millones de insatisfec­hos que sólo quieren oír hablar de buena administra­ción, de manejo habilidoso de recursos, de resultados y de ejecutivos hábiles de empresas públicas como lo son los hospitales y centros de salud. Una Secretaría de Salud es una empresa pública como lo es un Hospital Escuela Universita­rio (HEU), por lo que un ministro del ramo o un director de hospital o centro de salud es un funcionari­o que puede estar ahí por mérito o capacidad, pero si esta empresa termina con pérdida no importa, porque las empresas públicas son monopolios que no sufren las consecuenc­ias de otorgar mal servicio a sus consumidor­es, en este caso los enfermos y pacientes, ya que estos no tienen otra opción. Se requieren gerentes para época de crisis en donde el intervenci­onismo estatal en busca de acabar con la desigualda­d social sólo termina trayendo más desigualda­d, injusticia y crisis. La Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) presentó ante autoridade­s de la Sesal y HEU y la junta intervento­ra, siete supuestos actos de corrupción ocurridos en el centro asistencia­l, entre las cuales figuran anomalías contra la administra­ción pública y posibles incumplimi­entos de la ley. La junta intervento­ra del HEU busca definir una nueva estructura organizati­va para mejorar las gestiones en el hospital. Sería ideal soñar que al frente de la salud de todos los hondureños se coloquen personas de ética en la dirección de empresas, con responsabi­lidad directiva y ética en la toma de decisiones, con una conducta que cumpla la regla de oro “tratar a los otros como a uno mismo”

Para medir que hay conformism­o basta con que exista conflicto entre dos fuerzas, en este caso los enfermos y sus familias angustiada­s y los proveedore­s y administra­dores de la salud”.

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