Conformistas
Tal parece que los hondureños estamos viviendo una era del conformismo. Para muestra un botón, con lo que representa y está ocurriendo en el sistema sanitario, en la atención y respuesta de salud cada vez más colapsada, con ciudadanos enfermos, que, entre angustias y desesperanza, se quedan más solos y desagregados. La esencia de la conformidad del hondureño consiste en adaptarse a las presiones, aquellos que por no reclamar su derecho a salud terminan aceptando lo que se les da. Un conflicto donde los primeros callan porque deben llorar. La gente no quiere oír hablar de políticas públicas de salud o de reformas al sistema sanitario, los miles de miles de enfermos, multiplicados por siete familiares angustiados de cada uno de ellos, se convierten en cientos de miles que terminan en millones de insatisfechos que sólo quieren oír hablar de buena administración, de manejo habilidoso de recursos, de resultados y de ejecutivos hábiles de empresas públicas como lo son los hospitales y centros de salud. Una Secretaría de Salud es una empresa pública como lo es un Hospital Escuela Universitario (HEU), por lo que un ministro del ramo o un director de hospital o centro de salud es un funcionario que puede estar ahí por mérito o capacidad, pero si esta empresa termina con pérdida no importa, porque las empresas públicas son monopolios que no sufren las consecuencias de otorgar mal servicio a sus consumidores, en este caso los enfermos y pacientes, ya que estos no tienen otra opción. Se requieren gerentes para época de crisis en donde el intervencionismo estatal en busca de acabar con la desigualdad social sólo termina trayendo más desigualdad, injusticia y crisis. La Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) presentó ante autoridades de la Sesal y HEU y la junta interventora, siete supuestos actos de corrupción ocurridos en el centro asistencial, entre las cuales figuran anomalías contra la administración pública y posibles incumplimientos de la ley. La junta interventora del HEU busca definir una nueva estructura organizativa para mejorar las gestiones en el hospital. Sería ideal soñar que al frente de la salud de todos los hondureños se coloquen personas de ética en la dirección de empresas, con responsabilidad directiva y ética en la toma de decisiones, con una conducta que cumpla la regla de oro “tratar a los otros como a uno mismo”
Para medir que hay conformismo basta con que exista conflicto entre dos fuerzas, en este caso los enfermos y sus familias angustiadas y los proveedores y administradores de la salud”.