Imposible olvidarlos
Tiempo, distancia e indiferencia ante el dolor ajeno contribuyen a que nuestra memoria colectiva respecto a las y los compatriotas migrantes se desdibuje.
Empero, ellas y ellos se aferran a sus sueños, posibles e imposibles, soportando frío, hambre y soledad.
Sus estrategias de supervivencia, su dignidad, les hacen buscar fuentes de empleo, por precario que sea, para no depender de la caridad mexicana.
Gracias a Lopez Obrador se han otorgados permisos de trabajo y otorgamiento de asilo a quienes lo soliciten y muchos optan por radicar en suelo azteca, desistiendo de ingresar a territorio estadounidense.
Los presidentes de México, Guatemala, Honduras y El Salvador han suscrito una carta de intenciones previa al Plan de Desarrollo Integral para el Triángulo Norte, buscando “impulsar actividades productivas, incentivando empleos en Centroamérica y México”, con ejes prioritarios en protección social, educación, empleo, ingresos, integración productiva y adaptación al cambio climático.
Con ello se pretende que “la migración en el futuro sea una opción y no una necesidad” (EL HERALDO, 2 de diciembre de 2018, p. 8).
La Cepal respalda el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, basándose en que debe considerarse el desarrollo sostenible, el debido proceso, la inclusión social, el interés superior del niño, enfoques de género y de derechos.
Washington, en responsabilidad compartida, debe sumarse a estos esfuerzos que implican desembolsos millonarios a fin de implementar dicho plan, que debe poseer una visión de mediano y largo plazo.
La exembajadora estadounidense en México, Roberta Jacobson, propone que Trump despache más jueces y menos tropas a la frontera para agilizar las solicitudes de asilo y expandir los programas para refugiados en el Triángulo Norte para que las personas puedan aplicar al estatus de refugiado cuando aún permanecen en sus países.
Igualmente, que Estados Unidos coopere con el Alto Comisionado para Refugiados de la ONU, la Organización Internacional para las Migraciones y el gobierno mexicano para proveer de techo y alimentos a los migrantes en caravanas.
Trump no debe amenazar con retirarles ayudas a Centroamérica, debe otorgarles más asistencias enfocadas en la generación de empleo y programas antimaras y prevención de violencia. También debe involucrarse el sector privado del Triángulo Norte (New York Times, 29 de noviembre de 2018).
No olvidemos a los niños, aún separados de sus padres, languideciendo en centros de detención en Estados Unidos, calculándose su número en unos 5,000, más 40,000 migrantes adultos también bajo arresto.
La “cero tolerancia” de Trump milita en contra de la tradición hospitalaria de Estados Unidos hacia quienes buscan refugio, paz y empleo en su suelo.
Víctor Meza advierte: “De no mejorar las condiciones actuales imperantes en Honduras de desempleo, inseguridad, incompetencia comercial, etc., se acentúan en magnitud y volverán este país en una bomba de tiempo pues migrar ilegalmente hacia Estados Unidos se volverá definitivamente un imposible... solo le quedarían al Estado de Honduras dos alternativas: mejorar a corto plazo las actuales condiciones imperantes y... allanarle a los hondureños, lo antes posible y con estatus legal, un nuevo horizonte migratorio con menores riesgos y mejores perspectivas económicas” (Honduras: migración, política, seguridad. pp. 174-175)
Trump no debe amenazar con retirarles ayudas a Centroamérica, debe otorgarles más asistencias enfocadas en la generación de empleo y programas antimaras y de prevención de violencia”.