Dirigentes del rubro se burlaron del pueblo
Sacaron sus unidades a las calles para obstaculizar el libre tránsito bajo la consigna de exigir la rebaja de 23 lempiras al galón de las gasolinas, pero al final negociaron beneficios a su favor, aumentaron las tarifas y se burlaron de la población. Los empresarios y di- rigentes del rubro de transporte llevaron a cabo un paro nacional el pasado 19 de julio, impidiendo la movilización de automotores en las principales ciudades del país y generando caos en las
calles, al igual que significativas pérdidas en la economía nacional. La misma situación se vivió el día siguiente, lo que provocó el respaldo de varias personas que consideraron justa la petición de los transportistas, aunque también hubo el rechazo de muchas personas que
tuvieron que caminar largas distancias para llegar a sus centros de trabajo u hogares. De acuerdo con estimaciones del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), estas acciones ocasionaron más de 4,200 millones de lempiras como perjuicio económico.
Los representantes del Consejo Nacional del Transporte (CNT) tuvieron aproximaciones con delegados del gobierno para tratar de alcanzar un acuerdo, sin llegar a nada concreto y suspendiendo la medida para el fin de semana. El lunes 23 de julio, los transportistas volvieron a las paralizaciones desde tempranas horas, cruzando buses y taxis, al igual que mototaxis, en las principales vías de acceso de la capital y San Pedro Sula, por lo que se dieron desalojos y decomisos de unidades por efectivos de la Policía Nacional. Las clases en el sistema educativo público y privado fueron suspendidas para evitar la zozobra que afectó a niños y jóvenes durante los primeros días del paro.
Tregua
Una tregua de 48 horas firmaron ambas partes en búsqueda de una solución a la crisis. La dirigencia de este rubro presentó una formal propuesta al gobierno, la cual fue rechazada, ya que los funcionarios pidieron a los transportistas reducir las tarifas. Ante la falta de consensos, las tomas volvieron a ser convocadas acompañadas de actos vándalicos en comercios, manifestaciones violentas por simpatizantes, particularmente de Libertad y Refundación (Libre), hasta la participación de miembros de maras y pandillas. A finales de julio pasado, la problemática en este rubro llegó a su fin al autorizarse elevar las tarifas en dos lempiras el pasaje para el bus tradicional o “amarillo” y de un lempira para los rapiditos, también conocidos como ejecutivos, que entró en vigencia a partir del 1 de agosto.