MP investiga el bajo caudal de cascada Salto del ángel
La imponente belleza natural que caracteriza a la cascada del Salto del Ángel se ha desvanecido.
De los miles de galones de agua que descendían desde 90 metros de altura hasta el suelo de la montaña ya no queda mucho, generando alarma entre los habitante de la comunidad de La Mora, jurisdicción del municipio de la Villa de San Antonio, en Comayagua. Y es que la cascada es uno de los más importantes atractivos turísticos naturales que tiene la zona, puesto que es considerada como el tercer salto más alto del país, aunque no es tan visitada por nacionales, pero sí por extranjeros.
La sustancial disminución del caudal en la catarata obligó a las autoridades del Ministerio Público a realizar una visita in situ a fin de investigar las causas que está provocando la reducción del agua en el salto.
Inspección
La visita al sitio tenía como objetivo establecer si la construcción de la represa El Coyolar es la causa de la reducción del caudal de la cascada. “La inspección fue ejecutada luego de recibir información que la cascada se había secado por completo, por lo que desplazamos personal a la zona, donde se levantaron actas de los hallazgos para iniciar de oficio una investigación y determinar qué está generando la reducción del agua”, explicó a EL HERALDO el fiscal del medio ambiente en Comayagua, Darwin Domínguez.
La represa hidroeléctrica que se encuentra en las cercanías de la cascada cuenta con licencia ambiental, por lo que se deberá analizar si se están respetando los parámetros establecidos en la realización de las actividades de la empresa.
“Al llegar al lugar se verificó que la cascada estaba fluyendo, aunque no con la cantidad de agua acostumbrada, por lo que se realizó un recorrido río arriba y se tomó nota de algunas situaciones encontradas”, detalló el fiscal, aunque no precisó sobre los hallazgos. En la inspección participaron representantes del Instituto de Conservación Forestal y Vida Silvestre (ICF), la municipalidad y miembros del Distrito de Riego.
La situación ha encendido las alarmas de pobladores y autoridades locales, de organizaciones no gubernamentales dedicadas al tema ambiental, de la ciudadanía hondureña en general -que se ha manifestado fuertemente a través de las redes sociales- y las autoridades del gobierno central