2019 y nuestra destreza más importante
Estamos en el espacio de reflexión acostumbrado cada fin de año para repensar y planear lo nuevo. Después de todo lo que ya nos pasó y lo que estamos preparando para el año que viene, lo más transcendental debería ser identificar nuestra destreza más importante.
Personas con grandeza, más fuertes y mejores han hecho de su destreza más importante un arte, permitiéndoles recrear su vida completa valiéndose de modificar su conducta, su forma de pensar, pero sobre todo sus sentimientos para con ellos mismos, su familia, el prójimo, su comunidad y la sociedad. Se convierten en mujeres y hombres de bien común, ejemplos a seguir y no solo figuras públicas.
Contrastadas las metas de querer fama, fuera del egocentrismo corporal y estético, apartando los sueños académicos, las metas laborales o la mejora del ingreso y posesiones, están las formas más bellas y poderosas de cambiar como son; la habilidad de escuchar, la emoción de compartir, la madurez de no prejuzgar y la facilidad de no guardar rencores.
Hablemos franco, si en las instituciones del Estado, en las empresas, en las iglesias, en los gremios y hasta en las familias, hubiera menos personas afectadas por el rencor, menos deseosos de chismes y malevolencia, menos individualistas y egocéntricos, sordos y ciegos que viven solo en su propio “corral”, seríamos una mejor sociedad en un mejor país.
Todos nos trazamos metas, máxime en esta temporada, pero en 2019 una meta más debería ser buscar nuestra destreza más importante y tener ego para esa destreza, presumirla y hasta buscar enseñarla a otros como descubrirla, siempre que esa destreza nos conecte positivamente con otros y haga el bien.
Escuchar puede ser una importante destreza en un país con ciudadanos que solo creen en su verdad, negativos a dialogar e imperativos en su deseo de imponer su criterio. Dale Carnegie, que fue un empresario y escritor estadounidense, dijo que se puede ganar más amigos en dos semanas, sabiendo escuchar, que en dos años tratando de hacer que otros se interesen en usted. Aplicar las tres barreras a los chismes como nos enseña la historia de Sócrates y su discípulo, y trabajar nuestra mente contra el rencor que solo produce infelicidad porque el rencoroso solo anda buscando huir del dolor y la tristeza. “El rencor es como tomar veneno y esperar que mate a tus enemigos”, dijo Nelson Mandela
En 2019 una meta más debería ser buscar nuestra destreza más importante y tener ego para esa destreza, presumirla y hasta buscar enseñarla a otros como descubrirla, siempre que esa destreza nos conecte positivamente con otros y haga el bien”.