El censo se depurará automáticamente
La elaboración de una nueva tarjeta de identidad traerá consigo un nuevo censo nacional electoral y, consecuentemente, la garantía de contar con una mejor transparencia en las nuevas elecciones.
Se estima que el actual censo aún incluye a un 25% de la población que ya falleció y sus nombres continúan apareciendo en el padrón que suele ser utilizado en las elecciones primarias y generales. Con la nueva identidad, los difuntos serán excluidos y se terminará el viejo estribillo de los políticos que, insatisfechos por los resultados electorales, alegan que perdieron porque los muertos “votaron”.
Sobre el particular, el Informe Final de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (UE) de las elecciones de 2017 establece que el actual censo “es generalmente considerado inclusivo, pero insuficientemente depurado. La presencia de fallecidos y emigrantes en el censo ha alimentado tradicionalmente suspicacias sobre el riesgo de suplantación del voto”.
Otro aspecto que se logrará con la nueva tarjeta es que las autoridades electorales podrán elaborar un censo activo y otro pasivo. Este último estará forma- do por los hondureños que residen en el exterior y no votan. Si un hondureño que reside en el exterior no ejerce el sufragio en dos elecciones consecutivas automáticamente su nombra aparecerá en el censo pasivo y se reactivará en el momento en que ejerza el sufragio. El primero que propuso un censo pasivo fue el magistrado presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Jacobo Hernández Cruz. Este exfuncionario argumenta que con el censo pasivo también habrá abstención electoral real. Por ahora, para calcular la abstención, se toma en cuenta a la gente que no vota y que vive en el exterior