Inseguridad ciudadana
Las cifras de la violencia en 2019 son alarmantes. En las primeras 24 horas se reportaron más de 20 homicidios, entre ellos el de cinco personas, todos hombres, asesinados en dos masacres ocurridas en San Pedro Sula y Tegucigalpa. Los testimonios en ambos casos son similares: los asesinos llegaron hasta las casas donde sus víctimas celebraban la fiesta de fin de año con sus familiares y amigos, los atacaron a tiros, para luego retirarse del lugar, dejando tras sí luto y dolor entre los parientes de las víctimas.
Las autoridades, como ya es costumbre, llegaron minutos después de acontecidos los hechos, y anunciaron que los casos estaban en investigación, pero adelantaron que podrían haber sido cometidas por integrantes de pandillas que pululan en las zonas.
Pero la ola de violencia en estos primeros días del año alcanzó también a las mujeres, a los jóvenes y agentes de la Policía.
Los encostalados reaparecieron en las calles de la ciudad.
Lo anterior solo es un reflejo de que pese a los millonarios presupuestos asignados a los ministerios de Seguridad y Defensa (14,542 millones de lempiras en 2018), el clima de inseguridad en el país prevalece, y es, a su vez, un llamado de atención para que las autoridades del ramo se replanteen lo actuado hasta ahora y de ser necesario reformulen las estrategias que ejecutan en este campo.
Los ciudadanos comunes y corrientes, los que no tienen dinero para pagarse un guardaespaldas y mucho menos para pagar seguridad privada en las colonias donde viven, quienes tienen que usar obligatoriamente el servicio urbano e interurbano de transporte, así lo demandan.
Y como lo establecen los analistas y estudiosos del tema, esto requiere la inmediata formulación, revisión e implementación de políticas públicas integrales enfocadas en atender las causas principales de los problemas socioeconómicos del país, y, principalmente, la utilización de los recursos financieros asignados a Defensa y Seguridad en el marco de las funciones que le competen a cada institución, con el fin de evitar el despilfarro e indisciplina presupuestaria