Clientes impertinentes, un dolor de cabeza
Generalmente este tipo de personas dan más dolores de cabeza que satisfacciones
Cuando se tiene una empresa de productos o servicios, o se trabaja en una, siempre se encontrará con el cliente impertinente que no le desearía ni a su competencia. Y aunque no todos los malos clientes responden al mismo perfil, casi siempre suelen presentar alguna de las siguientes características: -Son conflictivos.
Suelen complicar las relaciones presentando infinidad de problemas: agresividad, inseguridad a la hora de tomar decisiones y negatividad.
-Son poco rentables. Lo que aportan a la empresa no compensa el trabajo y el esfuerzo que se les tiene que dedicar.
-Son exigentes. Acostumbran a interrumpir constantemente los quehaceres diarios del personal con sus dudas y problemas.
-No saben escuchar. Solo escuchan lo que a ellos les conviene y no atienden a razones ni diálogos. -Monopolizan el tiempo. Piensan que la gente tiene todo el tiempo del mundo para atenderlos, sin importarles que haya más clientes. -Son poco comprensivos. Cuando tiene que disculparse por algo, tienen una actitud egoísta y poco conciliadora. -Son infieles en las relaciones. No tienen ningún lazo sentimental con la empresa y suelen presentar un amplio currículo de compañías en las que han dejado su huella.
-Son pesados. Abruman con comentarios, insinuaciones, quejas, visitas, peticiones, etc.
-Buscan el corto plazo. Su interés comercial no suele ir mas allá de operaciones especulativas o que se realizan en el momento