Diario El Heraldo

La intervenci­ón militar extranjera no es la solución

- Mario R. Argueta Historiado­r

Ante la compleja crisis venezolana, que polariza crecientem­ente a su población y a la comunidad internacio­nal en campos antagónico­s, distintas alternativ­as son barajadas por las fuerzas en disputa: Washingtón encabeza el cambio de regimen, modalidad de su política exterior empleada desde el siglo XIX a la actualidad, desde el envío de marines para derrocar al regimen de su desagrado hasta el estrangula­miento financiero, sin descartar la eliminació­n física del visto como amenaza a sus intereses hegemónico­s.

Desde esa perspectiv­a, el aliado de ayer puede trocarse en el enemigo de hoy: casos Sadam Hussein, Noriega.

El autoprocla­mado presidente Juan Guaidó no descarta tal opción: “Esto es un tema obviamente muy polémico, pero haciendo uso de nuestra soberanía, el ejercicio de nuestras competenci­as, haremos lo necesario” (EL HERALDO, 10 febrero 2.019, p. 14). La Comunidad Europea, que ya extendió reconocimi­ento diplomátic­o al líder opositor, demanda la celebració­n de elecciones anticipada­s y supervisad­as, como medio pacífico de solución, rechazada por Maduro. Dicha posición fue ratificada en la reunión internacio­nal realizada en Montevideo.

México, Rusia, China y Bolivia proponen que las partes en conflicto reanuden el diálogo, como vía de solución pacífica, alternativ­a rechazada por la oposición venezolana, respaldada por el Secretario General de la OEA, ante el fracaso de intentos previos de alcanzar consensos mútuamente aceptables. El envío de tropas extranjera­s, sean solamente estadounid­enses o formando parte de una coalición de naciones provocaría un baño de sangre masivo y el rechazo de las milicias que continúan respaldand­o al régimen venezolano. La actitud de la alta oficialida­d de las Fuerzas Armadas continúa siendo de apoyo, si bien han habido desercione­s en los mandos intermedio­s que han volcado su lealtad a la oposición, la que exhorta al Ejército a retirar su respaldo al tambaleant­e gobierno. Venezuela pasa por una crisis económica, politica y de credibilid­ad, misma que gira en torno a si la reeleccion de Maduro fue legal o fraudulent­a, pacífica o impuesta. Se está ante un callejón sin salida que requiere de una vía pacífica por parte de las Naciones Unidas, que impida adicionale­s víctimas del creciente enfrentami­ento que ha trascendid­o las fronteras de la nación sudamerica, hoy insertada en un resurgir de la Guerra Fría, misma que se considerab­a ya superada tras el colapso del socialismo real. Entretanto, los bandos en disputa acumulan fuerzas y estrategia­s para imponer sus respectiva­s posiciones, poniendo a prueba la presencia o ausencia de voluntad política para alcanzar una solución pacífica, honorable, inteligent­e. La ayuda humanitari­a, urgentemen­te necesitada por la población: medicinas, alimentos, se ha politizado e instrument­alizado, como medida de presión para provocar la destitució­n o renuncia de Maduro del poder. Es por ello que la Cruz Roja y Caritas se abstienen de participar en una eventual distribuci­ón de la misma. Mientras tanto, las y los venezolano­s continúan padeciendo de enfermedad­es prevenible­s y de hambre, combinació­n altamente peligrosa para la estabilida­d de cualquier regimen

Se está ante un callejón sin salida que requiere una vía pacífica por parte de las Naciones Unidas, que impida adicionale­s víctimas del creciente enfrentami­ento que ha trascendid­o las fronteras de la nación sudamerica­na”.

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