Ellos quieren a un papá y a una mamá
Leí con atención el documento de veintiún páginas titulado “Igualdad de derechos, no discriminación y orientación sexual”. Pedí la ayuda de varios amigos abogados para analizar dicho documento introducido hace pocos días a la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Es importante el análisis jurídico que realza la igualdad de derechos de todos los ciudadanos prevista en la Constitución de la República.
Los solicitantes, una minoría y en este caso no la más débil, se presentan como vulnerados en sus derechos porque no se les permite acceder al matrimonio legal. El hecho es curioso porque detrás de la petición no se presenta un movimiento ciudadano representativo (las estadísticas en otros países hablan de menos del 2%) y sobre todo no se encuentran personas que hayan defendido al matrimonio o la familia. Al contrario, muchas de las reivindicaciones exigidas por estos “movimientos diversos” han ido precisamente en contra de los valores que dicen defender en sus argumentaciones legales. Algunos estudiosos de otros países mencionan que la estrategia a seguir es obtener un reconocimiento legal, que parece reivindicatorio de derechos, pero que al final no es para hacer uso de él. La gran mayoría no están interesados, sino para continuar con su propósito de desvalorizar y vaciar de contenido a una institución que se ha mostrado sumamente valiosa para la sociedad a lo largo de los siglos.
Recordemos que en el caso del matrimonio, el Estado respeta y defiende en sus leyes al compromiso contractual de un hombre con una mujer únicamente con vistas a una función que parece fundamental para la sociedad. Custodiar el origen y la educación de los futuros ciudadanos.
En un artículo anterior, “Proteger al matrimonio es defender a la sociedad” https://www.elheraldo.hn/opinion/columnas/1225139-469/protegerel-matrimonio-es-defendera-la-sociedad mencioné un estudio que el sociólogo estadounidense Paul Sullins realizó mediante una encuesta a 512 niños con padres del mismo sexo.
Los datos muestran que “los problemas emocionales se dan el doble de veces en hijos de padres del mismo sexo que en hijos de padres del sexo opuesto”, y estos incluyen mal comportamiento, angustia, depresión, malas relaciones con sus compañeros e incapacidad para concentrarse. “Ya no se puede sostener”, concluye Sullins, “que ningún estudio haya revelado que los hijos de familias del mismo sexo están en desventaja con respecto a aquellos pertenecientes a familias del sexo opuesto”.
Estos datos se confirman mediante el testimonio de un joven de 17 años, Benoit Talleu. Fue el orador al final de una marcha que organizó La Manif Pour Tous en París, Francia; habló en nombre de la Asociación para los Niños Adoptados: “estoy en la lucha contra el ‘matrimonio para todos’, porque estoy harto de escuchar que muchos hablan de la adopción, como si lo más importante no fuéramos los adoptados” https://conapfam.wordpress.com/2015/04/14/que-dicen-los-adoptados-sobre-laadopcion-homosexual/. Lo decía en el sentido de que “todos dicen proteger a los adoptados por parejas gay, pero que no son escuchados”.
Continúa Talleu: “si preguntas a los adoptados qué quieren, ellos solo tienen una respuesta: un ¡papá y una mamá! Papi y mami son palabras que un huérfano conoce y cuando es adoptado, sueña con usar esas palabras. Los niños en adopción sueñan con sus futuros padres, los imaginan… Dentro de lo más profundo de su ser, ellos esperan a papá y a mamá. Y son esos niños los que deben ser escuchados”.
Ojalá que nuestros juristas atiendan a los derechos de todos, especialmente de los más vulnerables
Si preguntas a los adoptados qué quieren, ellos solo tienen una respuesta: un ¡papá y una mamá! Papi y mami son palabras que un huérfano conoce y cuando es adoptado, sueña con usar esas palabras”.