Kim y Trump cara a cara entre sanciones y programas nucleares
Política globallos líderes de ambos países se reúnen por segunda ocasión en menos de un año, esta vez en terreno hostil pero neutral: Vietnam, entre máximas medidas de seguridad y ambiente de diplomacia, negocios y acuerdos
Una locomotora parece haber vuelto 60 años después de su tiempo de partida, mientras un avión parece romper los continentes con escalas estratégicas. Al final ambos se detienen en un terreno hostil pero neutral. Blindados hasta los dientes, un contraste se volvió a abanderar. Del lado radical el heredero del poder en tercera generación de una nación atrapada en el tiempo. Del otro, un presentador de TV e inversor inmobiliario representando al poder mundial. En ambos casos buscan conquistas personales y colectivas. Estados Unidos quiere que Corea del Norte destruya sus misiles nucleares, el régimen quiere el final de los bloqueos. Kim quiere ser el héroe que llevó el desarrollo. Trump quizá un Premio Nobel.
El segundo encuentro entre los mandatarios de ambos países ha comenzado en Hanói, la capital de Vietnam, con una agenda casi desconocida por motivos de seguridad, pero sí con una cena (esta madrugada en Honduras) en el Hanoi’s French-colonial-era Metropole Hotel con la activación protocolos para una reunión que se extenderá hasta mañana jueves.
Retomando temas
Acabadas las polémicas y alegatos, el 12 de junio de 2018 ambos mandatarios se reunieron en Singapur sin acuerdos concretos, pero sí con el enorme paso de entablar el inicio de al menos negociaciones bajo situaciones menos tensas. Desde entonces, Trump podría ofrecer reducir los bloqueos a la navegación marítima norcoreana y suspender los embargos, mientras que Norcorea ceder a eliminar una parte de su arsenal nuclear, el punto de preocupación de la defensa estadounidense.
En ese sentido, la reunión trata de retomar en un cara por ambos líderes una agenda que ha sido manejada tras los focos mundiales por Kim Chang Son, el secretario en jefe del régimen de Kim, y por Mike Pompeo, el secretario de Estado de la administración Trump en el gobierno de los Estados Unidos.
Pero Trump recalcó que Kim debe hacer un gesto “significativo” para lograr eliminar los castigos que enfrenta por su programa nuclear. Pero a cambio de ello, los norcoreanos buscan la firma de un tratado de paz para evitar una “invasión” de Estados Unidos. Parte de ello, Kim lo habría ido hablando ya en sus múltiples encuentros con Corea del Sur, aliado estadounidense, que también ha contribuido enormemente para lograr reunificaciones diplomáticas y nostálgicas en ambos lados de la península.
Soluciones
La falta de avances desde entonces ha generado escepticismo entre muchos observadores. Stephen Biegun, emisario de Estados Unidos para el Norte, reconoció recientemente que Washington y Pyongyang no se habían “puesto de acuerdo sobre el significado” de la desnuclearización. Pero para Pyongyang, el desmantelamiento de su programa nuclear debe venir acompañado de más que levantar sanciones, por lo que muchos temen que también haya un costo político para Estados Unidos.
Y aunque Trump asegura que no hay prisa porque Kim haga explotar los cohetes de inmediato, desde el Congreso no cesan las presiones para que el jefe de la Casa Blanca adopte una postura más firme y concreta.
Pyongyang afirma que ya ha tomado medidas, como la suspensión de sus pruebas de misiles o artefactos nucleares durante más de un año y los accesos a sus campos de pruebas atómicas.