Maratón del Saber sigue pintando sonrisas en los niños de la capital
La campaña insigne de EL HERALDO se trasladó hasta la colonia 14 de Enero para llevar cuadernos a 167 infantes de la Escuela Edas Carrasco. Los niños y niñas agradecieron el apoyo de la población para su aprendizaje
Ver plasmadas las sonrisas de niños y niñas y motivarles a perseguir sus sueños por la vía del aprendizaje y el estudio es la razón de ser de la campaña insigne de EL HERALDO, la Maratón de Saber.
Es por eso que la ruta solidaria se trasladó hasta la Escuela Edas Carrasco, ubicada en la colonia 14 de Enero.
Sorprendidos
En esta colonia de la periferia de la capital en donde todavía hay casas de adobe se le aseguró la educación a 167 alumnos de escasos recursos del centro educativo.
Antes de llegar a la escuela, el equipo de EL HERALDO se comunicó con la directora para que prestara a sus alumnos para llevar los útiles debido a que el pick-up no podía llegar hasta la escuela porque la calle aún es de herradura.
La emoción de los niños que ayudaron a cargar las cajas era indescriptible, pues ellos no sabían qué contenían los paquetes.
La directora del centro educativo, Sara Olimpia Martínez, se mostró muy agradecida y mencionó que la población estudiantil es de escasos recursos y que en mucha ocasiones sus padres no tienen cómo comprar los cuadernos.
“Agradecemos a diario EL HERALDO por esta noble acción y gracias por tomar a esta escuela en cuenta”, fueron las palabras de agradecimiento de la educadora.
Las edades de los niños a los cuales su educación fue asegurada con el donativo oscilan entre los seis a 13 años.
El momento más emocionante para los infantes llegó cuando las docentes les pidieron que se formaran en filas para recibir su kit escolar.
Uno a uno fueron pasando los educandos y agradecieron la visita solidaria con sonrisas sinceras y un “¡Gracias!” y “¡Dios les bendiga!”.
Los infantes no esperaron mucho tiempo y en grupitos pequeños se reunieron para
En el centro educativo hay un total de 167 infantes matriculados actualmente.
platicar y mostrar sus nuevos cuadernos a sus compañeros, algunos hasta los intercambiaron y estaban comparando los dibujos de la cubierta de sus libretas.
“¡Qué lindos carros!”, “¡Yo quería un cuaderno de princesa desde hace días!”, “¡Cuando llegue a mi casa se los enseñaré a mis papás!”, exclamaban los alumnos en una de las aulas.
Los niños de este centro de educación cada día luchan por conseguir sus sueños de ser profesionales y sacar a su familia adelante debido a que residen en una colonia que aún se asemeja a una aldea.
“Me gustan muchos los animales, especialmente los perritos y gatitos”, contó Kenci Michelle Munguía.
Esta pequeña de 11 años que cursa el sexto grado sueña con ser veterinaria y ayudar a los animalitos de la calle.
Kenci no solo estudia, cuando llega a su casa le enseña a leer a sus primitos y ayuda con los quehaceres de la casa.
Falta mucho aún
A pesar que las instalaciones de la escuela están en buenas condiciones aún queda mucho por hacer para que estos niños puedan seguir escribiendo sus sueños de ser grandes profesionales.
“Ahorita nos urge la ampliación del aula tecnológica en virtud que el espacio donde tenemos las computadoras es insuficiente”, manifestó la directora de la escuela.
La construcción de más baños sanitarios, la reparación del muro perimetral y la reparación de la losa de un aula que en invierno no se utiliza debido a que el agua se filtra, son algunas de la necesidades del centro educativo.
Las sonrisas y muestras de agradecimientos de los infantes continuaron durante toda la visita y al momento de salir de la institución seguían sonriendo