De Vallejo a Carías
Por Decreto Legislativo 208-2013 se declaró el 17 de marzo de cada año como Día del Historiador Hondureño, en reconocimiento a la labor investigativa-interpretativa de los y las compatriotas que ahondan en el pasado lejano y cercano para revelar hechos, tendencias y personajes que son desconocidos por las generaciones más próximas o que han caído injustamente en el olvido y que forman parte de la forja de la nacionalidad a lo largo del tiempo, constituyendo parte fundamental de las identidades e imaginarios colectivos. Debemos a Antonio Ramón Vallejo (1844-1914) el rescate y clasificación del patrimonio documental y republicano, siendo el primer director del Archivo y Biblioteca Nacional. Sus estudios sobre la configuración territorial de Honduras desde la Colonia hasta la Independencia constituyeron la base esencial para la defensa de nuestras fronteras, cuando los países vecinos disputaron la soberanía patria sobre determinados puntos geográficos, en tierra firme y en los mares. Escribió la primera versión oficial de la historia patria. A partir de su legado pionero, otras y otros compatriotas continuaron y ampliaron sus aportes. Recordemos a Rafael Heliodoro Valle, Esteban Guardiola, Ernesto Alvarado García, Víctor Cáceres Lara, Medardo Mejía, José Reina Valenzuela, Trinidad del Cid, Mario Martínez Castillo, Ramón Oquelí, Longino Becerra, entre otros, que contribuyeron, mediante libros, revistas y conferencias, al conocimiento del pretérito patrio en diversas etapas de su devenir. Debemos a Marcos Carías Zapata (1938-2018) la síntesis histórica más lúcida escrita hasta ahora. La creación de la Carrera de Historia por la UNAH y del Postgrado en Historia Sociocultural han formado cuadros de profesionales que continúan la labor desinteresada y patriótica de las generaciones intelectuales anteriores. La fundación de la Asociación de Historiadores Locales y Regionales, que realizará el Primer Congreso de Historia Local el 16 y 17 del corriente, en Siguatepeque, representa otro hito importante para el rescate de la microhistoria. Faltan muchas temáticas por abordar, particularmente en lo económico, institucional, demográfico e ideológico, pero la ruta inicial, inaugurada por Vallejo, crecientemente es ampliada, revisada y divulgada por quienes han continuado dedicando sus existencias a la historia patria