Pendiente

¿Cuántas leyes conforman el andamiaje jurídico hondureño? ¿Cómo saberlo? Existe aprobación constante de leyes, en contraposición a engavetar los proyectos inconvenientes a los intereses del poder político y fáctico en los diferentes turnos. ¿Cómo conocer todas las leyes? Imposible. Pero lo manda la Constitución de la República. Porque somos un Estado de derecho, o aspirantes a serlo. De no existir este parámetro, cualquiera alegaría su desconocimiento para infringirla impunemente. El libre albedrío predominaría y guindo abajo iría la paz. “Cualquier semejanza con la actualidad es pura coincidencia.” La ley es la ley. El marco en cuyos límites buscamos la armonía indispensable para desarrollarnos. Al menos es teoría que debe iluminar la práctica. El principio del derecho “ignorancia iuris non excusat”, la ignorancia de la ley no exime, es vital para la concreción algún día, del estado de bienestar al que como pueblo aspiramos. El fundamento subjetivo de este principio, el de la presunción del conocimiento de la ley, es rebasado por su fundamento objetivo, la demanda imperiosa de la sociedad de que las leyes sean de aplicación general. Si tan solo una pequeña porción de los esfuerzos en represión a la corrupción se destinaran a difundir el conocimiento de las leyes, en forma sencilla, lo que es bueno y lo que es malo, que se puede y que no se puede, para no tener problemas, seriamos una nación muy diferente. En un buen sentido. Las cárceles no están llenas de sociópatas o psicópatas. Están llenas de personas buenas que cometieron un error. Por desconocimiento de la ley? O víctimas de injusticia. Probable. ¿Por irrespeto a la autoridad? También. Para atacar las causas de ilícitos y encontrar la forma de prevenirlos, la difusión de las leyes, es tarea pendiente. De los órganos jurisdiccionales encargados de impartirla, precisamente para no tener que hacerlo. Pero sobre todo de la ciudadanía, la que nos aferramos a nuestra justicia aunque a veces pueda ser injusta