Energía y sus dimensiones de justicia
Cada hondureño desearía pagar menos en su factura de energía.
Ante todo, quiere justicia, que su factura de consumo sea ecuánime, que haya equidad en su vecindario sabiendo que las casas de enfrente o del par también tienen medidor y no una cuota arreglada.
La factura de energía en casa trasciende a otras dimen
siones de justicia social y empresarial como desde dónde y quiénes generan la energía, su relación con las comunidades y quiénes y cómo distribuyen la energía a nivel nacional, y casi como una radiografía a las entidades involucradas, la ética en la dirección de empresas da respuesta basada en que la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo, su derecho.
Más de una docena de organizaciones hacen oposición al desarrollo de proyectos de energía renovable y son reacciones sociales iguales a las que ocurren en otros países, pero que tienen sus propios motivos y argumentos de justicia.
Por otro lado, la justicia de que haya generación de energía con menos impactos al medio ambiente a través de proyectos de energía renovable que administra la Asociación Hondureña de Energía Renovable (AHER), que no sólo generan el 62% de la energía en el país, sino que a su vez brindan múltiples beneficios ambientales y sociales.
El sector de energía renovable tenía un potencial para 2018 de casi 380 MW, es una energía responsable que genera más 16,000 empleos directos y 30,000 empleos indirectos, 3,500 km² de cuencas hidrográficas bajo planes de manejo, infraestructura e inversiones con 64 proyectos y cerca de 75 mil millones de lempiras, 500 km de redes de transmisión y 650 km de carreteras.
La AHER ha dado un gran trazándose el reto de firmar un acuerdo con la Secretaría de Derechos Humanos para crear un mecanismo de certificación de cumplimiento de derechos humanos y buenas prácticas sociales comunitarias, además del reto de implementar estrategias de apoyo y fortalecimiento a grupos minoritarios prodesarrollo, fomentando y promocionando los casos de éxito en esta área.
Para que haya justicia en el sector energía deben identificarse las tres formas básicas de justicia: la general, que se refiere a lo que cada individuo o grupo en particular debe equitativamente a la comunidad a la pertenece, la conmutativa, que rige los intercambios y la distributiva, para los repartos
La factura de energía en casa trasciende a otras dimensiones de justicia social y empresarial como desde dónde y quiénes generan la energía, su relación con las comunidades, y quiénes y cómo distribuyen la energía a nivel nacional”.