“Rines” de lujo, ¿es buena idea?
Más allá del diseño y materiales, variar los tamaños originales y el diámetro total del conjunto rim/llanta sería contraproducente
Solía ser un mercado reservado para los entusiastas del mundo motor y especialistas en altas prestaciones. No obstante, cada día más y más propietarios de automotores se suman a esta fuerte tendencia: cambiar los rims originales de su vehículo por “rines” de lujo.
Si bien son un enunciado estético bastante atractivo y ostentoso, ¿son buena idea? Analicemos a fondo los factores técnicos y económicos y cotejemos los pros y los contras de esta tendencia para encontrar el equilibrio ideal y tomar la mejor decisión.
Diámetro
Al incrementar el tamaño de sus rims (conocidos como rines) debe reducir el perfil de sus llantas para mantener el equilibrio del diámetro total, de lo contrario los sistemas del cuentakilómetros (velocímetro), ABS, ESP o DSC de vehículos modernos reportarán lecturas inexactas, poniendo en peligro su seguridad.
También puede provocar el roce de la llanta o rin mismo con componentes de la carrocería, suspensión, dirección o frenos, provocando daños cuantiosos. En todo caso, debe utilizar espaciadores para poder encajar mayores rims y esto reduce el coeficiente aerodinámico original de su auto. Recuerde adicionalmente que las llantas de bajo perfil suelen ser más caras y muy endebles para nuestras carreteras y calles de pobre mantenimiento. Todos estos factores se deben tomar en cuenta.
Peso
Si usted sustituye rims de acero por otros de aleación de aluminio más livianos, tendrá una positiva ventaja, siempre y cuando el incremento de tamaño no sea sustancial. A menor peso, menor consumo de combustible. Pero es invariable que si aumenta el
tamaño de sus rims de forma considerable y desproporcionada en pro de la estética, el peso total seguramente será mayor y no menor, aun si son rims de aleación. Eso lamentablemente incidirá en menor economía de combustible y pérdida de potencia al forzar el motor a rodar los innecesarios rims más pesados. Su vehículo será más lento y menos frugal. Los rims más livianos y sólidos son los de fibra de carbono con centros de magnesio (un metal más fuerte y liviano que el aluminio), pero sus precios son prohibitivos y se reservan solo para vehículos tope de gama, ultradeportivos y de altísimas prestaciones, que ya de fábrica fueron diseñados a totalidad para tal fin.
Anchura
Un rodaje más ancho podría creerse más deportivo y en definitiva es visualmente más impresionante. No obstante, tenga en cuenta que al aumentar la anchura de sus rims debe consecuentemente incrementar el ancho de sus llantas y a mayor superficie de contacto con el asfalto menor agarre, pues el peso se distribuye exponencialmente de forma menos concentrada, lo que resulta en menor efectividad de frenado y tracción. De hecho, en días lluviosos las llantas demasiado anchas que no fueron aprobadas por el fabricante suelen caer presas del temido derrape, es decir, perder totalmente el agarre al flotar sobre superficies mojadas, especialmente en curvas rápidas.
Como normal general, “rines” de lujo más grandes y llantas de bajo perfil le aseguran acaparar las miradas, elevar la estética de su vehículo y un manejo con sensaciones psicológicamente más deportivas y retroalimentación de la calzada. Pero debe recordar que los ingenieros que diseñaron su auto invirtieron muchas horas para encontrar el equilibrio idóneo entre economía, prestaciones, apariencia y duración