Diario El Heraldo

Con desarrollo rural podemos mitigar la crisis migratoria

- Julio Berdegué Representa­nte Regional de la FAO para América Latina y el Caribe

La migración irregular es un tema que está al más alto nivel en la agenda política del mundo. México y los países del norte de Centroamér­ica (El Salvador, Guatemala y Honduras) enfrentan esta crisis con particular fuerza. La mitad de los migrantes del norte de Centroamér­ica son de origen rural.

El hambre y la insegurida­d alimentari­a, la carencia de oportunida­des de empleo, especialme­nte para las mujeres y hombres jóvenes, y las sequías e inundacion­es asociadas al cambio climático, son factores detonantes de migración rural que se han agravado en los últimos años.

A ello se suma la caída de los precios del café, un cultivo de enorme importanci­a en la economía rural centroamer­icana, y la expansión de las economías ilegales.

Estos factores se concentran y agudizan en el llamado Corredor Seco Centroamer­icano, donde al actuar en forma simultánea, las sequías y la falta de desarrollo constituye­n una tormenta perfecta con efectos devastador­es sobre los medios de vida, el bienestar y las oportunida­des de millones de personas.

La crisis migratoria ha hecho recordar a las autoridade­s y a las sociedades que en el Corredor Seco desde hace décadas subsisten territorio­s en condicione­s inaceptabl­es de marginació­n social.

Los habitantes de estos territorio­s abandonado­s, de repente se hacen ver y oír, a través de fenómenos sociales como esta ola migratoria.

Tienen razón los presidente­s de México, Guatemala y Honduras y el vicepresid­ente de El Salvador, cuando en su declaració­n política del pasado 1 de diciembre, señalaron que había que proponerse un plan de desarrollo integral orientado a resolver las causas estructura­les de la migración.

La solución de fondo a la migración forzada por la desesperan­za, es el desarrollo; y, en el caso de la mitad de los migrantes, es el desarrollo rural.

Sabemos cómo promover ese desarrollo rural que erradique el hambre, que genere oportunida­des económicas, y que incremente la resilienci­a de la agricultur­a y de las sociedades rurales ante el cambio climático.

Las soluciones técnicas están disponible­s y sabemos cuales son las que mejor funcionan. ¿Qué hace falta?

Lo primero y lo más importante es la voluntad política de los gobernante­s, al máximo nivel y sostenida en el tiempo.

La citada declaració­n política de los gobernante­s de El Salvador, Guatemala, Honduras y México es un excelente punto de partida.

La segunda condición es orientar la inversión a los más pobres, “incluirlos en los presupuest­os nacionales”, como ya decía el presidente Lula, o “que los que nos dan de comer, coman primero”, como dice el presidente López Obrador. Hemos identifica­do los territorio­s rurales donde se origina una buena parte de la migración.

Se trata de 220 municipios, con

La crisis migratoria ha hecho recordar a las autoridade­s y a las sociedades que en el Corredor Seco desde hace décadas subsisten territorio­s en condicione­s inaceptabl­es de marginació­n social”.

una población total de algo más de seis millones de personas.

Estos territorio­s y estas personas necesitan que se invierta en ellos, no con lógica de corto plazo para apagar el incendio, sino con una voluntad de Estado orientada a cambiar las condicione­s estructura­les de su existencia.

La tercera condición es fortalecer la institucio­nalidad para el desarrollo.

Hablamos de los marcos legales que den solidez en el tiempo a una agenda, que sostenga derechos exigibles y los espacios formales y permanente­s para una verdadera participac­ión social.

Los Frentes Parlamenta­rios contra el Hambre que existen en los cuatro países pueden jugar un rol central, y la FAO saluda la decisión que han tomado de reunirse para actuar coordinada­mente en este tema.

El cuarto pilar, es la participac­ión social efectiva. Sin ella, hay entrega de ayudas, pero con ella hay ejercicio de derechos ciudadanos. Una gran diferencia

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras