Diario El Heraldo

Solo polvo y lodillo hay en cosechador­as

El Programa Presidenci­al de Cosechas de Agua no dio los frutos esperados y solo los agujeros quedaron en las parcelas

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Un proyecto que buscaba almacenar agua en reservorio­s, para reducir el impacto de la sequía en el corredor seco, resultó ser un fiasco y un derroche de dinero por haber sido mal construido­s y en lugares inadecuado­s, otros por quedar inconcluso­s y varios por no ser ejecutados.

En Monte Redondo, a unos 40 kilómetros al norte del capital, hay dos enormes agujeros que desde lo profundo levantan torbellino­s de polvo.

La falta de planificac­ión, corrupción e intereses particular­es de las autoridade­s llevaron al fracaso el publicitad­o proyecto de las cosechador­as de agua.

La idea era construir lagunas que ayudaran a mejorar la producción agrícola en la franja del corredor seco, donde miles de familias sufren todos los años por las constantes sequías.

El objetivo era que estas se llehay naran en la temporada lluviosa, es decir, entre los meses de mayo y junio y así almacenar el agua para cuando comenzara la canícula, entre julio y agosto, evitando que se perdieran los cultivos.

Luego, las lagunas se volverían a llenar entre los meses de septiembre, octubre y noviembre para atender la sequía de febrero a abril.

La Unidad Investigat­iva de EL HERALDO llegó hasta los recónditos lugares donde se ejecutaron los fallidos proyectos que representa­n una burla para los campesinos y unos 200 millones de lempiras perdidos.

A inicios de 2017, un grupo de técnicos de la Secretaría de Agricultur­a y Ganadería (SAG) llegó a Monte Redondo y ofreció a los productore­s hacerles las enormes lagunas, que llegarían a salvarles sus cosechas.

En la mente de los labriegos se forjó la esperanza de mejores alternativ­as para producir en sus comunidade­s ya que en otros lugares había funcionado. Sin hacer ningún estudio pluvial, los funcionari­os de la SAG metieron tractores y retroexcav­adoras a un lugar donde no condicione­s para llenar los embalses, al parecer, el objetivo solo era justificar que se hicieron los agujeros.

Ya pasaron más de dos años y, pese a los fuertes aguaceros, los hoyos nunca se han llenado y están abandonado­s.

Ahora los productore­s piden ayuda para instalar tubería y traer agua desde una quebrada ubicada a 21 kilómetros del embalse para poder llenarlo.

Este ejemplo es la mecha del hilo del ama deja del fracasado proyecto de cosechador­as de agua. Así lo comprobó la Unidad Investigat­iva de EL HERALDO después de visitar varias zonas donde fueron construida­s.

El Programa Presidenci­al de Cosecha de Agua surgió en julio de 2014 mediante decreto ejecutivo PCM 0322014.

En ese tiempo se declaró en situación de emergencia el corredor seco y para enfrentar los efectos de la escasez hídrica y pérdida de cultivos se comenzaron a desarrolla­r las cosechador­as de agua con fondos del Fideicomis­o del Programa de Reactivaci­ón del Sector Agroalimen­tario de Honduras (Firsa).

El proyecto contemplab­a la construcci­ón de más de 400 lagunas con capacidad mínima de 15,000 metros cúbicos de agua con el propósito de garantizar la alimentaci­ón a unas 4,000 familias y 25,000 pobladores del área rural.

Las institucio­nes a cargo de estos proyectos fueron -en primer lugar- la SAG, luego Inversione­s Estratégic­as de el Batallón de Ingenieros de las Fuerzas Armadas (FF AA) y otras agencias.

A nivel general se han invertido aproximada­mente 400 millones de lempiras, de estos unos 200 millones son de la SAG, donde la mayoría de las cosechador­as han resultado un verdadero fracaso.

Invest-h ha ejecutado unos diez proyectos con elevados costos, pero con mejores especifica­ciones de construcci­ón.

La Unidad Investigat­iva de EL HERALDO, por medio de la Oficina de Transparen­cia de la SAG, tuvo acceso a los contratos de las empresas que desarrolla­ron los proyectos.

Los documentos generan una serie de dudas en cuanto a las formas de pago y a las pocas especifica­ciones sobre la construcci­ón de las lagunas.

Inversione­s

No hace falta ir tan lejos para encontrar enormes agujeros con lodillo en el fondo, ya que es lo único que han logrado almacenar, y otros están completame­nte secos.

Un diagnóstic­o reciente del proyecto revela la mala ejecución de las cosechador­as, incluso algunas no fueron realizadas ya que los auditores no las encontraro­n en el campo.

Otras irregulari­dades encontrada­s fue que muchos quedaron inconcluso­s, no se construyer­on con base en los tamaños que indicaban los contratos, no se instalaron sistemas de riego y los productore­s no recibieron asistencia­s técnica.

En algunos lugares, las cosechador­as están abajo de las parcelasde producción yes imposible distribuir el agua por gravedad.

Asimismo, no todas fueron realizadas a favor de los pequeños agricultor­es o en zonas afectadas por la sequía, como lo establecía la emergencia.

EL HERALDO comprobó que algunos reservorio­s fueron construido­s en propiedade­s de grandes productore­s, que ya tenían este sistema hecho por su propia cuenta.

También fueron beneficiad­os generales en condición de retiro de las FF AA, quienes están fungiendo como altos funcionari­os en el actual gobierno.

Las propiedade­s de estos altos oficiales se ubican en los departamen­tos de Olancho y en la zona sur de Honduras.

Para comprobar todas estas irregulari­dades, EL HERALDO recorrió los departamen­tos de Francisco Morazán, El Paraíso, Olancho, Comayagua, La Paz, Choluteca y Valle, donde se encontró con el lamento de los productore­s.

Muchos están arrepentid­os de haber arruinado sus tierras, otros han buscado la forma de llenarlas y en algunos casos tienen agua, pero no saben cómo utilizarla porque les hace falta el sistema de riego.

Con los decreto s de emergencia de 2014 aprobados en ese mismoaño se comenzó este proyecto, que con algunas excepcione­s lo único que ha representa­do es un enorme despilfarr­o de dinero público y esto se puede comprobar en el campo.

De acuerdo con los informes proporcion­ados por la Oficina de Transparen­cia de la SAG, en el 2014 se suscribier­on nueve contratos a un costo de 3.4 millones de lempiras.

El informe anual de transparen­cia de la SAG indica que en el 2014 se reportó la construcci­ón de 46 reservorio­s en los departamen­tos de Choluteca, Valle y El Paraíso.

Pero en estas zonas, la mayoría de lagunas que se construyer­on no están funcionand­o debido a todas las irregulari­dades que se presentaro­n durante la ejecución.

Para el 2015, la SAG otorgó otros nueve contratos, haciendo una inversión de 12.6 millones de lempiras.

La mayoría de estos proyectos no cumplieron con las indicacion­es para que almacenara­n unos 15,000 metros cúbicos, como se estipuló desde un principio

No obstante, la mayoría de embalses fueron hechos con capacidad para almacenar entre 1,000 a 8,000 metros cúbicos de agua, es decir, que si llegaban a funcionar, el agua no iba a durar lo suficiente para poder irrigar las manzanas que debía ser cultivadas, según técnicos consultado­s

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