La mayoría de los proyectos se ejecutaron en la administración del exministro de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), Jacobo Paz, pero los resultados no han sido los esperados
Durante los años 2014 y 2015, la SAG y el Batallón de Ingenieros elaboraron 311 cosechadoras y entre el 2016 y 2017 otras 65, haciendo un total de 376.
Los contratos fueron otorgados a empresas privadas, algunas con menos de cinco años de creación y sin garantizar la experiencia necesaria en este tipo de proyectos.
En este proceso también participó el Batallón de Ingenieros, que según algunos productores consultados, tuvieron que poner una contraparte del dinero para cavar el agujero, además le dieron la comida y dormida a los soldados que trabajaban con la maquinaria.
Los proyectos se continuaron ejecutando entre los años 2016 hasta el 2017, otorgándose en este período un total de 65 contratos a empresas privadas.
Según el informe proporcionado por la Oficina de Transparencia de la SAG, durante estos años se invirtieron más de 98.1 millones de lempiras en varias zonas del país.
A pesar que la inversión fue mayor que en otros años, solo se ejecutaron 65 proyectos, pero los volúmenes de agua captados por la represa pasaron de entre 15,000 a 89,000 metros cúbicos por laguna.
Al menos 15 de estos proyectos quedaron inconclusos producto del mal diseño y eso lo sabe la Dirección de Riego de la SAG.
Responsabilidad
Los proyectos fueron aprobados y ejecutados en la administración del exministro de la SAG, Jacobo Paz, con la misión de reducir la hambruna en el corredor seco. En el recorrido por las cosechadoras de agua se comprobó que la crisis persiste en esta zonas debido a que el proyecto ha resultado un verdadero fracaso y se han perdido ciento de millones de lempiras. Algunos de los municipios del El Paraíso, como Texíguat y Liure, donde se construyeron varias cosechadoras de agua, actualmente están bajo emergencia porque perdieron la producción de primera y la gente no tiene qué comer.
EL HERALDO conoció que en el 2017 las autoridades decidieron parar este tipo de obras ejecutadas por la SAG e iniciar una auditoría por el derroche de los recursos económicos en el proyecto, que lo único que produce son cráteres y charcos para la proliferación de zancudos y de ranas