Curva de la epidemia de dengue tiende a la baja
La población debe seguir medidas preventivas para que la epidemia se pueda controlar
Tomarse en serio una situación tan delicada comienza a dar frutos, lo cual podría salvar muchas vidas en Honduras.
El esfuerzo de la población y de las autoridades al eliminar criaderos de zancudos Aedes aegypti está provocando una disminución en los casos de dengue en el país.
La enfermedad viral que transmite el zancudo Aedes aegypti ya ha cobrado 89 vidas, confirmadas por laboratorio, y no parecía que la epidemia se detuviera. Sin embargo, en las últimas semanas el pico de incidencia de casos de dengue comenzó a descender favorablemente. Hasta la semana epidemiológica número
32, que comprende del 4 al 10 de agosto, la Unidad de Vigilancia de la Salud reporta un total de 6,459 afectados por dengue sin signos de alarma. A su vez, 993 hospitalizados por dengue grave.
La situación sigue siendo crítica, pero en comparación con las semanas anteriores la incidencia es menor. En la semana epidemiológica 31, del 28 de julio al 3 de agosto, se reportaron 6,980 casos de dengue sin signos alarma, es decir, 421 personas afectadas más que la semana 32.
Mientras que de dengue grave hubo 1,060 afectados, es decir, 67 hospitalizaciones más. En comparación entre la semana epidemiológica número 32 con la 30, del 21 al 27 de julio, cuando se reportaron 7,506 afectados por dengue sin signos de alarma hay una reducción de 1,047 casos. A su vez, en la semana 30 hubo 1,131 personas que se hospitalizaron por dengue grave, o sea, 138 casos más que en la 32.
Según las autoridades sanitarias se observa una reducción del siete por ciento en la incidencia de casos de la enfermedad viral.
Las personas no deben confiarse y ahora con mayor razón deben seguir con la tarea diaria de eliminar los criaderos y controlar el zancudo adulto del Aedes aegypti.
Las acciones de fumigación y aplicación del larvicida BTI en pilas y barriles de los hogares debe hacerse constantemente. Los recipientes de almacenamiento de agua deben estar tapados. La población debe usar repelente y asear sus hogares.
Si cada quien hace su parte, no habrá otra muerte que lamentar por culpa del dengue