La secretaria que pasó de la cumbre del poder político a la penitenciaría
En los años 80, la ex primera dama Rosa Elena Bonilla laboró como secretaria en el Estado Mayor Conjunto de las FF AA, luego se desempeñó en el mismo cargo en la desaparecida Cohdefor
Hasta sus 50 años, Rosa Elena Bonilla de Lobo fue una mujer privilegiada por la vida, pero su etapa de lujos y elegancia terminó el 28 de febrero de 2017 cuando fue capturada y conducida a prisión luego de ser acusada de varios delitos de corrupción.
Rosa Elena Bonilla Ávila nació en el Distrito Central el 2 de febrero de 1967. Es hija de Fernando Bonilla Martínez (ya fallecido) y de María Elena Ávila Brenes. Tiene cinco hermanos. En el Registro Nacional de las Personas (RNP) le aparecen tres hijos, dos con el apellido Lobo Bonilla.
Ella fue a la Escuela 14 de Julio del capitalino barrio El Bosque y la secundaria la realizó en el Instituto Alpha, ubicado en Comayagüela, donde se graduó de secretaria taquimecanógrafa y en 1987 obtuvo el título de bachiller en computación, luego sacó estudios en diseño de interiores.
Quienes la conocen aseguran que siempre ha sido una mujer inquieta y alegre. Una de estas fuentes describió que a principios de los años 80, Bonilla Ávila ingresó como empleada del Estado Mayor Conjunto, donde fue asignada como secretaria en la Dirección de Comunicación Estratégica (C-2), posteriormente se desempeñó como secretaria en la Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal (Cohdefor), donde conoció a Porfirio Lobo Sosa cuando este -entre 1990 y 1992- gerenciaba esa entidad estatal.
En 1992 contrajo nupcias con Lobo Sosa, quien luego llegó a ocupar el cargo de diputado del Congreso Nacional por varios períodos.
En el año 2002, Bonilla de Lobo fue electa como presidenta de la Asociación de Esposas de Diputados del Congreso Nacional y también la nombraron vicepresidenta de las Aldeas Infantiles SOS de Honduras.
Un año después, ella creó la fundación no gubernamental (ONG) Una Libra de Amor, que luego recibió fondos del Congreso Nacional para dar asistencia social.
Desde el año 2005, cuando Lobo Sosa participó por primera vez como candidato por la Presidencia de la República, comenzó a conocérsele por el sobrenombre de “Mi Rosa”, ya que ese era el término con el que su esposo se refería a ella públicamente. En el 2010, Lobo Sosa se convirtió en Presidente de la República (2010-2014) y ella pasó a ser la Primera Dama de la nación.
Caída
La figura de la primera dama y sus responsabilidades no existe en ninguna ley del país, pero tradicionalmente a ellas los esposos les dan poder y les asignan dirigir las instituciones de la niñez y de la familia, manejando no solamente enormes presupuestos, sino también muchas donaciones provenientes del exterior.
Bonilla de Lobo no fue la excepción. Ahora a sus 52 años de edad, su vida es el relato de una secretaria que alcanzó la cumbre del poder público tras convertirse en primera dama de la nación el 27 de enero de 2010 y ahora tendrá que dejar atrás una vida en la ostentosidad para envejecer tras las rejas.
Además del castigo de la prisión, su familia tendrá que lidiar con la incautación de varios bienes inmuebles ordenados por el juzgado de privación de dominio, con el fin de que el Estado pueda resarcirse los daños causados.
El caso, denominado mediáticamente como “Caja chica de la dama”, quedará registrado en la historia no solo porque se trata de una ex primera dama, sino porque también fue el primero que conoció el 27 de enero de 2018 un recién creado Juzgado de Letras Anticorrupción. Además, porque fue la primera sentencia lograda por la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) y su brazo operativo la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad y Corrupción (Ufecic)