el cuartel Joker, The Man Who Laughs
Todo empieza con la narración del capitán Gordon llegando a la escena del crimen. Pero esa no es una escena de asesinato común, es mucho peor de las atrocidades que Gordon está acostumbrado a ver, esto es algo mucho más enfermizo y horrible de lo “cotidiano”. El asesinato en masa no parece tener propósito aparente, es más como un mensaje. Las páginas siguen con Gordon preguntándose qué pasa con su ciudad y los motivos de tan horribles crímenes que últimamente han acontecido en Gotham, mostrándose poco sorprendido, la verdad, ya que el mundo ha cambiado mucho, han surgido héroes, vigilantes, justicieros y, por su contra parte, delincuentes. Pero no cualquier tipo de delincuentes, la más asquerosa clase de ellos, los peligrosos. Los que pueden mandar al infierno todo un sistema social para llegar a su, muchas veces retorcido, fin.
Batman le dice a Gordon que algunas de las personas llevan muertas más de un mes, y que esto no es nada más que el principio. Se muestra un plano de lo que pasa en la televisión en una sala, y luego a la reportera hablando sobre la reinauguración del Asilo Arkaham y la historia de este, e iluminan la cara de la reportera y se le ve una sonrisa forzada, ojos amarillentos y tensos, piel blanca como el papel y la cabellera verde ácido. Cae como peso muerto y detrás de ella se distingue una figura alta y misteriosa, vestida de traje y una gorra morada. El Joker saluda formalmente a todos los televidentes y da la noticia sobre la aniquilación de toda Gotham, pero no sin antes escoger a su sujeto de pruebas, el mismísimo Henry Claridge, avisándole que morirá a medianoche, y todos echarán unas risas sobre su cadáver.
Este cómic me gustó mucho y lo considero la historia definitiva del Joker, ya que en esta se explican sus orígenes y motivaciones de ser. También se explica el por qué este personaje quiere acabar con un Gotham felizmente muerto. Nos leemos.