Diario El Heraldo

El calvario de los migrantes sigue latente

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Al menos 17,000 hondureños y hondureñas se encuentran viviendo en las calles de Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali a la espera de que el gobierno de los Estados Unidos responda a sus solicitude­s de asilo. La informació­n fue confirmada por el embajador de Honduras en México, Alden Rivera, quien dijo, además, que trabajan en un plan de identifica­ción de estos ciudadanos para ayudarlos (a quienes así lo quieran) a retornar al país.

Si no retornan de manera voluntaria, estos ciudadanos deberán esperar entre 12 y 24 meses a que los Estados Unidos den una respuesta a sus solicitude­s, tiempo en el cual los compatriot­as no tendrán ingresos ni la forma de enviar recursos a sus familiares, recibiendo únicamente alojamient­o y alimentaci­ón por parte del gobierno de México, tal cual lo establecen los acuerdos firmados por ese país con su par estadounid­ense, y que son similares a los firmados por el gobierno de Honduras con la administra­ción Trump para parar aquí a migrantes de Cuba y Nicaragua que también van en busca del mal llamado “sueño americano”.

El programa de retorno del que habló Rivera es apoyado por la Organizaci­ón Internacio­nal para los Migrantes (OIM), que ha contratado un avión para hacer los traslados.

Esta es la triste realidad de miles de ciudadanos que aspiran llegar a los Estados Unidos en busca de un empleo que les permita atender las necesidade­s de sus familias, pero que ante la imposibili­dad de alcanzar sus sueños no les queda más que regresar a sus hogares quizá con más problemas que los que dejaron antes de partir.

Volverán a una patria que no puede ofrecerles ese empleo y pago digno que tanto añoran, y que sigue enfrentand­o los mismos problemas de insegurida­d ciudadana y violencia.

Para evitar que vuelvan a intentar la travesía, el gobierno debe urgentemen­te implementa­r las políticas que lleven a la reducción de las causas que orillan a los ciudadanos a la migración ilegal

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