Ocho muertos en la fallida captura de hijo de “El Chapo”
El gobierno mexicano admitió que dejó en libertad a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, ya que fue resultado de una operación deficiente y precipitada
Unos ocho muertos y 16 heridos hubo la tarde del jueves en Culiacán, Sinaloa, México, en la captura de Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Los detalles sobre el saldo que dejó el fallido hecho, ya que el gobierno dejó en libertad al miembro del cartel de Sinaloa por “temor a un derramamiento de sangre”, los dio a conocer el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González.
El funcionario dijo que de los ocho fallecidos cinco son miembros del cartel de Sinaloa que participaron en el enfrentamiento con las autoridades. Asimismo, reveló que de los 16 heridos, cinco de ellos son oficiales de la Guardia Nacional.
Fracaso de operación
Las propias autoridades lo admitieron: las fuerzas de seguridad mexicanas abortaron el intento de captura del hijo del narcotraficante mexicano tras verse superados en un feroz tiroteo con pistoleros del cartel de Sinaloa.
La batalla que paralizó el pasado jueves por algunas horas a Culiacán, la capital del estado norteño de Sinaloa, fue resultado de una operación deficiente y precipitada, dijo el viernes el secretario de la Defensa, el general Luis Cresencio Sandoval.
Fue el tercer tiroteo en menos de una semana entre las fuerzas de seguridad y miemrestos bros del crimen organizado, lo cual ha hecho cuestionarse a algunos sobre si en realidad funciona la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador de evitar el uso de la fuerza y dedicar su atención a temas sociales.
López Obrador dijo ayer que mantiene su idea de enfrentar la violencia a través de medios pacíficos y demeritó las críticas, las cuales consideró “el punto de vista de nuestros adversarios y de la prensa opositora”.
Sin embargo, Mike Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la agencia antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) y que trabajó en México, consideró que lo sucedido fue “un gran golpe para el gobierno mexicano” y una “muestra de que los carteles son más poderosos que el gobierno mexicano”.
Algunas calles de Culiacán, una ciudad de unos 800,000 habitantes, permanecían bloqueadas la mañana de ayer con de autos quemados. Las escuelas permanecían cerradas y algunas oficinas públicas pidieron a sus empleados quedarse en sus casas. Pocos autobuses de transporte público se veían en las calles.
Las autoridades dijeron que 35 soldados y miembros de la Guardia Nacional llegaron a una casa la tarde del jueves para detener con fines de extradición a Estados Unidos a Ovidio Guzmán López. Sin embargo, mientras esperaban una orden de cateo, fueron atacados desde la vivienda. Entonces entraron y encontraron al hijo de “El Chapo” y otras tres personas no identificadas.
Presuntos miembros del cartel de Sinaloa, que por años lideró “El Chapo”, rodearon la casa e iniciaron tiroteos en distintos puntos de Culiacán. Algunos tomaron el control de las casetas de acceso en algunas carreteras que llevan a la ciudad, mientras hombres con armas de alto calibre bloqueaban diversos cruces.
En medio del caos, reos de una prisión estatal se apoderaron de las armas de los guardias y huyeron. En total 56 presos escaparon, 49 de los cuales seguían libres el viernes, según el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda. Dos guardias fueron tomados como rehenes, aunque posteriormente quedaron libres.
Videos en redes sociales mostraron escenas que asemejaban una zona de guerra con hombres armados, algunos enmascarados, montados en camionetas y disparando fusiles o ametralladoras. La gente corría para cubrirse de los disparos que volaban en la zona