Turismo, gastronomía y naturaleza en la Villa

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En el parque central las personas pueden pasar agradables momentos bajo la sombra de árboles y varios quioscos. Todos los fines de semana se realizan actividades culturales y artísticas.

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Los vinos artesanales hechos de diferentes frutas son muy apetecidos por los visitantes. Como dice el eslogan “Si vino a la Villa y no tomó vino. ¿A que vino?”. De uno a tres años se cosecha cada vino.

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En los alrededores del casco urbano de la Villa de San Antonio se desarrolla la crianza de ganado para la producción de leche. Los visitantes pueden observar y hasta ordeñar una vaca en las mañanas.

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La cascada de Las Botijas es uno de los lugares preferidos de las personas para conectarse con la naturaleza. El agua del cauce es muy fría. Esta caída de agua ha sido descubierta hace pocos meses.

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Así luce el laberinto de cipreses que será inaugurado en un año y medio. Este recorrido verde está en medio de peceras, siembras de maíz, arroz y mango. En el lugar se puede pescar y acampar.

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Una pintura en tercera dimensión a un costado del parque, un lugar idóneo para tomarse una foto del recuerdo. Este lienzo hace parecer que la persona está a la orilla de un risco frente a una caída de agua.

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Las rosquillas y tustacas de doña Josefa Bonilla tienen más de 30 años de tradición. Los turistas pueden conocer el proceso de cómo elaboran los ricos alimentos de maíz que se degustan con una rica taza de café.