Los excluidos de la educación superior
Esta semana se ha dado a conocer una triste noticia: más de 9,500 estudiantes no podrán ingresar nunca a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) porque no lograron, en las tres oportunidades que establece la ley, alcanzar en las Pruebas de Aptitud Académica (PAA) el puntaje mínimo que se requiere para matricularse, y que otros 66,258 jóvenes no han logrado pasar su primer prueba, aunque ellos tienen por delante una o dos oportunidades más para volver a realizar la PAA, y lograr ser admitidos. Esta es una noticia que debería conmover la conciencia de la ciudadanía, sin embargo, ha quedado diluida en medio de las noticias que marcan la agenda nacional y que dan cuenta de la conflictividad política, económica y social del país. El que estos jóvenes no tengan más oportunidades de continuar su proceso de formación académica debería convocar a reuniones de urgencia de todas las autoridades del sector con el fin de analizar las causas por las cuales los estudiantes no alcanzaron sus propósitos, pero más importante, qué hacer para ayudarles a superar esos obstáculos. Asimismo, valdría la pena que las autoridades educativas estuvieran identificando un plan de acción que incluya, primero, un plan de seguimiento de estos estudiantes, con el propósito de ofrecerles en el futuro cercano nuevas oportunidades de formación académica en diferentes áreas del conocimiento, porque si bien ellos podrían optar por una carrera en una universidad privada, lo cierto es que son muchos los que no cuentan con el financiamiento necesario para hacerlo.
No sería una mala idea retomar las iniciativas que allá por 2014 impulsaban el Consejo Nacional de Educación Superior (CNE) y la Dirección de Educación Superior (DES) de incluir en la currícula nacional la educación terciaria o técnicos universitarios, y desempolvar los informes que para entonces seguro que hicieron los miembros de la delegación de académicos que viajó a Chile para conocer el funcionamientos de esos procesos.
No hay duda que esas y otras opciones más abrirían la oportunidad a los miles de estudiantes que, por el motivo que sea, no tienen la oportunidad de cursar una carrera universitaria