Demócratas llevan a Trump a juicio político
Tras una jornada que cristalizó la división de EE UU, la Cámara de Representantes aprobó los cargos y enviará al Senado la solicitud del impeachment
El cargo del cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pende de un hilo después que la Cámara de Representantes aprobara los cargos de abuso de poder por más de 220 votos a favor y de igual manera el de obstrucción al Congreso, con lo que formalmente enfrenta desde ahora un juicio político.
En el Senado, que probablemente abrirá el juicio político en enero tras el receso de Navidad, se espera que Trump sea absuelto, pues se necesitan al menos 67 votos para destituirlo y los republicanos tienen 53 de los 100 escaños.
El magnate republicano está acusado de intentar presionar a Ucrania para que investigara a uno de sus principales rivales de cara a las presidenciales de 2020, el exvicepresidente Joe Biden.
En la mañana, Trump insisproceso tió en Twitter en que no hizo “nada malo”, al día siguiente de dirigirle una amarga carta a la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, diciéndole que “la historia la juzgará duramente” por el proceso.
Más tarde, siguió con otra tanda de tuits, afirmando -todo en mayúsculas- que este es “un ataque contra Estados Unidos y contra el Partido Republicano”.
“Apoyemos al presidente”
En su turno de palabra, Pelosi dijo que los demócratas no tenían otra opción que lanzar el proceso de destitución y tildó a Trump de “amenaza continua para la seguridad nacional”.
Trump pasó el día en la Casa Blanca y en la tarde se desplazó a Michigan para un mitin con sus simpatizantes sin hablar con la prensa. Los seguidores del mandatario hicieron fila horas antes del inicio del acto, soportando temperaturas polares, pertrechados con frazadas mientras escuchaban rock.
“Creo que con estas investigaciones para un juicio político y con todos los demócratas que van contra Trump, es importante que nosotros salgamos y apoyemos a nuestro presidente”, dijo Cecilia Bleeker, una residente de Michigan de 21 años.
El juicio político divide a los estadounidenses: 45% quiere que Trump sea destituido (77% entre los votantes demócratas) mientras un 47% se opone, según un sondeo de CNN-SSR.
Ayer miércoles, fuera del Capitolio en Washington, decenas de personas, según constató una periodista de la AFP, se congregaron para pedir la salida del presidente: “Trump tiene que irse”. “Siento que tenemos que mostrarle a las personas ahí dentro que esto nos importa”, dijo Jill Watson, una jubilada de 72 años partidaria del contra el mandatario.
Un debate crispado
Pese al clima de polarización en Washington, a ambos lados del hemiciclo los legisladores concordaron en el diagnóstico de que esta es una jornada triste para el país, pero el resto del debate reflejó la división que hay en Estados Unidos.
“Mirar hacia otro lado cuando el presidente cometió crímenes contra nuestra nación no es una opción”, dijo la representante Rashida Tlaib.
El congresista republicano Barry Loudermilk comparó el debate por el impeachment con la crucifixión de Cristo y dijo que “Poncio Pilatos concedió más derechos a Jesús” que los demócratas a Trump. Mientras, el legislador Mike Kelly comparó el proceso de hoy con el ataque japonés a Pearl Harbor y dijo que la jornada de hoy “es otra fecha que quedará en la infamia”.
Por su parte Adam Schiff, líder del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, criticó el apoyo de sus colegas republicanos a Donald Trump y afirmó que la historia los recordará pobremente cuando se escriba este momento importante en la política reciente de Estados Unidos.
Ya para finalizar el debate, Doug Collins, congresista republicano por Georgia, alegó que Trump es “inocente” y afirma que lo que se pretende
con el impeachment es “destrozar a un líder”. Agregó que la votación se dará “violando las reglas” del Congreso, lo que calificó como “vergüenza”. Dijo que se impusieron en la Cámara de Representantes “las reglas de la Camorra”.
Sin embargo, hay pocas posibilidades de que el proceso contra Trump avance en el Senado, donde han sido juzgados dos presidentes: Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998, ambos exonerados. El republicano Richard Nixon, involucrado en el escándalo Watergate, prefirió renunciar en 1974 antes de sufrir este escarnio.
Riesgos electorales
El presidente busca ahora convertir el proceso en su contra en un elemento que atice a sus bases y le dé un impulso para
la reelección.
Consciente del riesgo electoral, Pelosi contuvo durante mucho tiempo los llamados a iniciar un proceso contra Trump, hasta que estalló el escándalo ucraniano.
Finalmente lanzó la investigación a fines de septiembre, tras conocerse la denuncia de un funcionario no identificado sobre la presunta conducta inapropiada del presidente durante una llamada telefónica el 25 de julio con su homólogo
ucraniano, Volodimir Zelenski.
Varios testigos confirmaron ante el Comité Judicial de la Cámara Baja las presiones para obligar a Kiev a anunciar la apertura de una investigación por corrupción contra Biden y su hijo.
La Casa Blanca se negó a cooperar con la investigación, calificándola de “inconstitucional”, y prohibió a varios de sus asesores dar testimonio.
Por esta razón, los demócratas lo acusan tanto de haber abusado de su poder para beneficio personal como de haber obstruido el trabajo del Congreso