La capital se convierte en la cuna del Niño Jesús en esta Navidad
Capitalinas mantienen viva la tradición de los nacimientos en sus casas. Desde el misterio que rememora la llegada de Jesús hasta la ilustración del pueblo de Belén decoran los hogares
Las alegría de la Navidad en la capital no solo es visible en las Villas Navideñas, bulevares y parques coloridos.
Los hogares de decenas de familias capitalinas también se invaden del espíritu de estas fechas con decoraciones que van desde árboles hasta misterios que rememoran el nacimiento de Jesús.
Basta recorrer las calles de barrios y colonias del Distrito Central para apreciar los estrados de madera con musgo y personajes de arcilla que representan a los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar; también a María y José, que rodean el pesebre de Jesús de Nazareth.
Además de los misterios hay miles de luces coloridas.
El padre José Escobar, de la parroquia San Juan Bautista de la colonia Kennedy, dijo que en un hogar puede haber árbol de Navidad y un nacimiento, pero no solo el arbolito, ya que la esencia de la Navidad es el nacimiento.
“Hay personas que no tienen nacimiento y sí tienen árbol, no puede faltar el nacimiento en un hogar y tampoco la Virgen María, José, el Niño Jesús, los Reyes Magos y los pastores”, manifestó el sacerdote.
La Iglesia comenzó a colocar la cuna del Niño Dios el 8 de diciembre, pero en varios hogares capitalinos comenzaron a instalarlos desde el 1 de diciembre.
Recorrido por pesebres
EL HERALDO hizo un recorrido por algunos de los nacimientos más emblemáticos de la ciudad, instalados en los hogares de las familias capitalinas.
En el corredor de la casa de don Gumercindo Baca, en la colonia La Pradera, está uno de los nacimientos más antiguos de la ciudad. Rememora el nacimiento del Hijo de Dios desde hace 59 años.
Don Gumercindo, por sus 87 años, solo designa el lugar del pesebre y son sus nueve hijas las que se encargan de colocar cada pieza de arcilla en su lugar.
Cuando el reloj marca en punto las 6:00 de la tarde, el devoto señor se encarga de conectar la extensión de luces y enciende el espíritu navideño en su hogar.
“Mis padres me enseñaron a hacer los nacimientos, en ese entonces no habían tantas cosas como ahora y lo decorábamos con hojas de árboles”, contó con alegría el señor.
Dijo que la fe en Dios le motiva a continuar con esta tradición, que es un legado que mantienen vivo sus hijos y ahora también sus nietos.
Otra de las familias capitalinas que se esmera en su nacimiento es la de doña Carlotta Valladares, en el barrio Buenos Aires. En este lugar hay una particularidad, ya que cada año eligen un tema bíblico y este año es la presencia del Espíritu Santo en la vida de las personas.
“El principal objetivo de nuestro nacimiento es el tema, porque no solo es que vengan las personas a ver figuras, sino que lleven un concepto espiritual”, dijo Valladares.
El nacimiento de Jesús abarca todo el comedor y es como si se entrara al pueblo de Belén