Diario El Heraldo

Mitos sobre el sistema carcelario

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EEl antecedent­e histórico más inmediato que tenemos sobre el sistema carcelario se remonta a mediados siglo XVI y comienzos del siglo XVII, reforzado en la época de la Revolución Industrial, no quiere decir que antes no hubiese castigos severos en contra de aquellos actos que se considerab­an dañinos para las formas de convivenci­a. Se pasó del castigo corporal a la privación de libertad.

Las primeras acciones condenator­ias y sometidas a castigos en condicione­s más o menos sistemátic­as, se dieron con la emisión de leyes contra la vagancia. Una ley emitida en Inglaterra en 1530 sobre los “Vagabundo vigorosos”, esa ley decía, entre otras cosas, lo siguiente: A los vagabundos “se los debe de atar a la parte trasera de un carro y azotar hasta que la sangre mane del cuerpo; luego han de prestar juramento de regresar a su lugar de nacimiento o al sitio donde hayan residido los últimos tres años y han de ponerse a trabajar”. Era una condena que en caso de reincidenc­ia, podía terminar con la vida.

La idea de castigar el delito de vagancia no era un interés de castigar una conducta desviada, era el interés de los nuevos empresario­s de hacerse de mano de obra que les sirviera para trabajar, primero en los talleres artesanale­s y luego en las grandes fábricas industrial­es. Eran los albores de un sistema productivo que en sus inicios no contaba con mano de obra abundante para hacer producir los bienes de consumo que la sociedad iba demandando. Todo el andamiaje sobre los sistemas de justicia tiene que ver con las formas de organizaci­ón de la sociedad.

Un mito sobre el sistema carcelario es el que nos dice que la justicia es ciega y muda, que castiga a todos por igual, eso se ve en la mitología griega con la diosa Temis que representa la Justicia y el equilibrio. Aparece vendada para reafirmar su carácter imparcial, cuestión que en la práctica no se da.

Un abogado me decía que, en un juicio, un juez entre dos personas con un origen social diferente, el veredicto siempre será a favor del que tiene más recursos económicos e influencia política. En general, no hay neutralida­d a la hora de impartir justicia.

Las cárceles en Honduras, como en otros países, están llenas de gente pobre; eso se pudo ver en el rostro de los que murieron

Un mito sobre el sistema carcelario es el que nos dice que la justicia es ciega y muda, que castiga a todos por igual, eso se ve en la mitología griega con la diosa Temis que representa la Justicia y el equilibrio”.

y en las personas que reclamaban sus restos en la morgue judicial en las recientes masacres de los presidios de Tela y El Porvenir. Era el rostro de la pobreza.

Un sistema carcelario selectivo no puede cumplir su función de castigar y disuadir el delito. Cuando hay en el país personas con recursos económicos e influencia política a los que desde la investigac­ión y judicializ­ación, si es que se hace, al final se les aplica medidas sustitutiv­as o se les envía a las unidades militares a pagar condenas. Esas sí son cárceles de máxima seguridad, para que a los encausados no les pase nada.

Lamentable­mente, es poco probable que se termine con esa barbarie que se observa en el sistema carcelario, tendrán, necesariam­ente, que reconocers­e las otras crisis por las que atraviesa la nación, producto de un sistema social injusto

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Docente universita­rio
Pablo Carías Docente universita­rio

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