Pese a ordenanza, la capital retumbó por la pólvora
Minutos antes de que las manecillas del reloj marcaran las 12:00 AM para dar la bienvenida a la Navidad, la capital retumbó con el estridente sonido de la quema de pólvora.
A pesar de la ordenanza municipal que prohíbe el uso y comercio de artilugios explosivos, centenares de capitalinos hicieron caso omiso de la normativa y un año más la ley fue irrespetada en la ciudad.
Y es que la venta de pólvora se observó desde tempranas horas del 24 de diciembre, pues en semáforos y salidas de centros comerciales se apostaron los vendedores de los peligrosos explosivos.
La mayoría se ubicaron en los bulevares Morazán y Juan Pablo II, así como en los mercados de Comayagüela.
Lo más lamentable es que se reportaron, durante Nochebuena, dos menores afectados en Tegucigalpa por quemaduras generadas por pólvora.
Según las autoridades edilicias se han decomisado alrededor de 1.2 millones de lempiras en pólvora, pero durante 2018 se decomisaron ocho millones de lempiras.
Tradición
Por años la quema de pólvora es una costumbre de las personas para recibir la Navidad y Año Nuevo.
Con cada amanecer se evidencia la gran cantidad de productos explosivos que se detonan, ya que las calles en barrios y colonias amanecen repletas del papel con que elaboran los cohetes.
Unos 10 minutos antes de la medianoche se comenzaron a escuchar con mayor frecuencia los explosivos de pólvora, los cuales se extendieron por una media hora más. Insuficientes resultan los esfuerzos de las autoridades para evitar la venta de la pólvora