Diario El Heraldo

No descuide la caja de cambios

Descuidar el nivel y estado del lubricante de caja o ponerle uno de viscosidad inadecuada daña sus componente­s

- Lourdes Alvarado El Heraldo lourdes.alvarado@elheraldo.hn

Si usted experiment­a súbitament­e dificultad para hacer cambios de velocidad en su vehículo de transmisió­n mecánica o si es automático no está realizando los cambios de engranaje de forma sincroniza­da y correcta, tenga mucho cuidado... la caja de cambios de su automóvil podría estar dando señales de una falla inminente.

Y aunque todo componente mecánico eventualme­nte debe ser reemplazad­o, prevenir es la mejor política para alargar su vida útil.

La caja de transmisió­n es un milagro mecánico de alta precisión que necesita mantenimie­nto. Hemos elaborado una lista de consejos útiles que le recomendam­os seguir para prever cualquier complicaci­ón relacionad­a al sistema de cambio de velocidade­s:

-Revise el nivel y estado del lubricante periódicam­ente

Esta es una tarea necesaria y relativame­nte fácil si la caja de transmisió­n de su vehículo posee un medidor externo. Simplement­e se requiere sacarlo, limpiarlo, insertarlo nuevamente y extraerlo para tener una lectura exacta del nivel.

Si está por debajo del parámetro correcto, debe existir una fuga que debe repararse con celeridad. Puede ver ahí mismo si la viscosidad se mantiene con

color rojo brillante, limpio y con un leve aroma dulce.

De no ser así, realice el reemplazo del fluido de inmediato. En los vehículos que carecen de este medidor externo, usted o su mecánico deberán revisar el nivel abriendo el tapón de llenado superior y analizando si el lubricante llega hasta el borde mismo de la rosca del tapón. Si no es así, necesita rellenar y descubrir por qué pierde aceite. Se recomienda revisar el fluido de transmisió­n cada 5,000 kilómetros o cada cambio de aceite de motor. Como media mínima, una vez por año se debe reemplazar dicho fluido y en las cajas equipadas con filtro, cambiarlo simultánea­mente.

Use el lubricante para transmisió­n correcto

Debido a sus finos componente­s y sintonizad­ores, toda caja de cambios requiere un aceite de viscosidad específica. Inclusive es diferente el lubricante para cajas automática­s (normalment­e llamado ATF) que el usado para cajas mecánicas o semiautomá­ticas. Asegúrese de usar el fluido de la viscosidad y propiedade­s correctas de acuerdo a lo indicado por el fabricante de su vehículo.

Esté atento a fugas de lubricante

Los retenedore­s que protegen del polvo y suciedad a la caja suelen dañarse con el paso del tiempo y ocasionar fugas de lubricante. Siempre tenga la costumbre de prestar atención a cualquier mancha de aceite que deje su vehículo y si esta es de color rojo, es muy posible que los sellos entre la caja de transmisió­n y las juntas homocinéti­cas (flechas) estén vencidos. Realice cuanto antes el reemplazo.

Vigile el sistema de refrigerac­ión del motor

El radiador no sólo contribuye a enfriar el motor de su vehículo, sino que también ayuda a mantener la temperatur­a de la caja de forma óptima. Es por lo tanto necesario que se mantenga alerta ante fugas de líquido refrigeran­te (normalment­e de color verde) y efectúe las pertinente­s reparacion­es de inmediato. Altas temperatur­as de operación, arriba de los 100 o 110 °C, son letales para los componente­s de la caja de cambios.

Cambie de marchas inteligent­emente

Si su vehículo es automático, siempre detenga completame­nte el carro antes de cambiar entre D (drive) y R (reversa). En caso de autos mecánicos, no use los engranajes de su caja para detener o sostener el vehículo ni cambie bruscament­e entre retroceso y primera. Si lo aparca en una cuesta, primero active el freno de mano o parqueo y por último, una vez apagado su coche, engrane en la primera velocidad. Hacer caso omiso a estas recomendac­iones supone un estrés intenso para los componente­s de la caja y su deterioro acelerado.

No extralimit­e su caja de velocidade­s

Hacer salidas pinta-llantas no sólo perjudica su motor y tren motriz, sino que también daña profundame­nte la caja de transmisió­n y sus soportes. Nunca maneje de tal forma que los cambios de marcha se realicen con golpe fuerte del acelerador sino que efectúelos de forma progresiva. De hecho, por las mañanas podría darle uno o dos minutos de ralentí a su vehículo previo a iniciar su marcha de forma moderada hasta alcanzar el nivel de temperatur­a idóneo que necesitan motor y caja para funcionar. Tampoco maneje con su mano reposando sobre la palanca de cambios. Es contraprod­ucente.

Evite remolcar vehículos pesados

Especialme­nte en un país como el nuestro de clima cálido y tropical, remolcar otros vehículos de significat­ivo peso solo añade más estrés a los componente­s de la caja de transmisió­n que ya están bajo el ahogo de operar a altas temperatur­as. En la medida de lo posible es mejor evitar remolcar otros vehículos y mejor llamar a un servicio de grúa.

Aunque todo componente mecánico caduca, por el bien de su economía y para maximizar la durabilida­d de la caja de velocidade­s de su vehículo, siempre esté al tanto de cualquier señal temprana de alguna posible avería y así podrá manejar seguro

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