Las modelos y los libros inesperados
La influencia inevitable que ejercen las celebridades sobre los demás, aparte de abrumadora, tiene matices ilusorios, insustanciales, superficiales; pero de un tiempo acá estandartes de la moda, las súper modelos, llevan un complemento inesperado, y por inusual, es también noticia: un libro.
Imaginamos el mundo dolarizado de estas chicas, entre vuelos privados, yates, hoteles cinco estrellas, bajo todos los flashes, perseguidas por paparazzi y la mirada lasciva de unos cuantos en su entorno; cuesta pensar que busquen un rato, un rincón, para abrir un libro y adentrarse en la magia de la literatura.
Es difícil estar al día en esto de las modelos, pero de vez en cuando se dan un paseo por la prensa general y nos enteramos de que, por ejemplo, Kaia Gerber, hija de quien en los 90 cortaba la respiración, Cindy Crawford, esta semana llevaba entre sus atuendos “Las travesuras de la niña mala” (bueno, para ella “The Bad Girl”, que lee en inglés) la novela de Mario Vargas Llosa.
También el universo de estas chicas se expande veloz, y saltan de los medios para dominar en redes sociales, como la mediática Kendall Jenner, que frente a sus 120 millones de seguidores apareció en su perfil leyendo la novela “Esta noche soy otra persona”, de Chelsea Hodson, y agotó la edición en las librerías en 24 horas, pero además mostró los libros que tiene pensado leer y ya son súper ventas.
Para algunas tal vez solo sea un negocio, o quizás otras encontraron en la lectura un escape del agobio, como sea, nunca es desperdicio recomendar un libro. La prensa del corazón las llama “el club de lectura” y ya destacan cualquier edición que lleven como “el accesorio más inteligente”, y suena raro en este mundo que siempre consideramos banal, superfluo, concupiscente.
Otra bonita, Gigi Hadid, sorprendió en Milán al portar la novela “El extranjero” de Albert Camus; mientras que su hermana, Bella, alternaba su trabajo en París con la lectura de “El visitante” de Stephen King.
Varias modelos más cargan un texto consigo, sin faltar la polémica de quienes dicen que han hecho del libro el accesorio del momento, hasta el extinto diseñador alemán Karl Lagerfeld montó una pasarela con librerías parisinas de fondo.
De nuevo, como sea, si van a promover la lectura, siempre
Para algunas tal vez solo sea un negocio, o quizás otras encontraron en la lectura un escape del agobio, como sea, nunca es desperdicio recomendar un libro”.
es bueno, aunque vayan vestidas de Givenchi o Valentino, o guarden el libro en sus costosos bolsos de Off White o Prada. Ojalá influyan en los millones de seguidores y que leer se ponga de moda, para abrir mentes y fortalecer el pensamiento crítico.
La lectura haría que nuestra mujeres, nuestras modelos hondureñas: madres, hijas, hermanas, esposas, sobrinas, compañeras, colegas, tuvieran más fuerza para luchar por la igualdad de sus derechos, respeto, reconocimiento. Mañana es Día de la Mujer en nuestro país, que alguna vez deje de ser solo una efeméride para recibir flores y felicitaciones, sino también justicia